ORIGAMI
A veces tengo ratos tontos en los que no me apetece hacer nada y entonces suele suceder que me da por el origami, o papiroflexia, si lo preferís.
Si todavía no tenéis esta afición, quizá va siendo hora; es barata, limpia, asequible, se puede hacer en cualquier lugar y además, os aseguro que se puede regalar. A la gente le encantan las cosas sencillas pero cargadas de significado y de delicadeza, como esta pareja de "japonesinos" o estas cajitas para caramelos hechas con seis piezas iguales ensambladas
O estas otras, más sencillas todavía, dos piezas poco plegadas...
La complejidad del modelo elegido ya depende de lo aburrida que una esté o de que le importe un rábano que la ropa esté sin planchar, que era mi caso hoy.