BIZCOCHO DE NATA
Como suele suceder conmigo, hay días en que me da por divagar y abandonarme a la ensoñación y al "dolce far niente" y otros en que parece que necesito recuperar tiempo perdido y me da por hacer todas las cosas pendientes y todas a la vez. Hoy es uno de estos últimos y aunque no tuviera ningún propósito de convertirlo en un día especial, ha conseguido serlo. Me levanté a las 7 de la mañana, hice alguna compra en Madrid, viajé de Madrid a Oviedo, le di un repaso a la casa al llegar porque me pareció que el polvo se había convertido en piedra sobre los muebles y los objetos, me fui a Piedras Blancas (40 km) para inaugurar una exposición de Paredes, hice vida social, regresé a casa cerca de las 11 de la noche y una hora y media después saqué del horno un bizcocho estupendo para el desayuno de mañana, este que ahora os voy a enseñar:
Esta preciosidad es la natural consecuencia de un paseo por unos grandes almacenes de Madrid donde me compré un molde mágico para hacer bizcochos. Es mágico porque hace estos bizcochos tan espectaculares y también porque es tan caro que su precio no se justificaría si no tuviera poderes especiales. Bromas aparte, yo hago bizcocho al menos una vez por semana y creo que iba siendo hora de que lo hiciera con un utensilio profesional; este es de aluminio macizo, pesa una barbaridad y tiene un diseño calculado especialmente para una cocción perfecta de las masas esponjosas. Sirve para cualquier receta de bizcocho y dicen que siempre sale bien; en mi caso es el segundo que hago y en los dos casos el resultado ha sido excelente.
Este tiene una receta sencillísima e infalible, de ingredientes comunes en cualquier cocina y su textura esponjosa y suave es ideal para el desayuno. Si os apetece, aquí tenéis la receta, aunque no os saldrá igual en otro molde, pero estará también buenísimo:
INGREDIENTES:
3 huevos
1 taza grande (300 cc) de nata líquida
1 " " de azúcar
2 " " de harina
1 sobre de levadura Royal
1 cucharadita de coñac o ron
PREPARACIÓN
Precalentar horno a 180º (yo uso el aire caliente)
Pintar el interior del molde con mantequilla fundida y espolvorear un poco de harina
Con la batidora de varillas, batir huevos y azúcar hasta dejarlos espumosos, añadir la nata y el coñac y mezclar bien y, finalmente, añadir poco a poco la harina mezclada con la levadura en polvo.
Poner la mezcla en el molde y meter en el horno durante unos 45 minutos; hay una variación notable de unos hornos a otros, o sea que el "ojo de buen cubero" os tiene que ayudar a decidir el punto. Y desde luego siempre funciona pinchar con una aguja para comprobar que esté bien cocido por dentro.
Una vez templado, desmoldar y espolvorear con azúcar glas.
Una de las principales características de este molde es que el grosor de sus paredes permite una cocción completa del interior de la masa sin que se produzcan quemaduras en el exterior, que queda de un uniforme color dorado. Otra de sus cualidades es el diseño de las estrías, que produce una distribución del calor hacia el interior de la masa que la hace crecer y cocer de manera uniforme,consiguiendo un tamaño de poro perfectamente regular.
No quiero ser aguafiestas, pero es mejor dejarlo enfriar antes de comérselo, sabe mejor y sienta mejor, no digáis que no os lo he advertido.
Si fuera posible que sobre algo, podéis congelarlo si que pierda ninguna de sus cualidades. Espero que os guste.
Si queréis pecar como yo, la marca del molde es "Nordic Ware" y es diferente de verdad.