PEQUEÑO NECESER "MON CAHIER"
Este artículo está dedicado especialmente a todas las que habeis sido capaces de terminar nuestro "Cahier de broderie" de la 1ª edición, incluída la bolsa de guardar el libro una vez terminado. Dado que los cortes de lino necesarios para confeccionar las tapas del libro y la bolsa no eran exactos y a todas nos había quedado algún retal sobrante, os había prometido diseñar algo sencillo para aprovechar esos restos y por eso ahora os presento una labor sencillísima y rápida de hacer que, por supuesto, también pueden hacer todas las personas que tengan trozos pequeños de cualquier otra tela.
Para que os hagáis una idea del tamaño del neceser terminado le he hecho algunas fotos junto al libro en su bolsa y así al mismo tiempo podéis comprobar la coordinación perfecta de ambos accesorios. No obstante su pequeño tamaño, tiene bastante capacidad porque para aprovechar entero el sobrante de lino Newcastle, que es una tira bastante larga y estrecha, le he dado un formato replegado que nos permite hacerle varios bolsillos, multiplicando así las posibilidades de guardar accesorios para una labor.
Aquí podeis observar el neceser completamente desplegado, con tres bolsillos para tela, gráficos, hilos, etc y un bolsillito para tijeras a las que podeis además colocar un cojincillo busca-tijeras con un bordado a juego y así os quedará un conjunto de lo más chic.
He utilizado el lino Newcastle para el exterior, adornado solo con una simple línea de "point de chausson" en blanco y rojo, bordada sobre la tapa y perfectamente coordinada con la cinta de piquillo en rojo y gris que remata el borde. Un imperdible de acero envejecido de "La Croix et la Manière", a juego con el de la bolsa pero en tamaño más pequeñito, sirve perfectamente para cerrar el neceser y además pone un toque precioso.
Los bolsillos interiores están realizados con los restos del lino de lunares rojos y como no tenía suficiente de esta tela para ponerla doble, les he puesto el interior en la misma tela con que he forrado el interior de todo el neceser, es decir, un lino blanco sacado de una sábana vieja. Para dar un poquito de cuerpo a los bolsillos he puesto una fliselina adhesiva entre las dos telas y finalmente, uno de los bolsillos va rematado con un trocito de puntilla rústica en los mismos tonos que las tela de lunares. Por la forma en que se pliega el neceser, su contenido no puede caerse, así que no he puesto ningún tipo de cierre en los bolsillos pero cada una puede incorporar los complementos que desee.
Desde luego, no es necesaria más dificultad para conseguir una labor con encanto, porque le basta con la combinación de materiales para resultar bonito y además os aseguro que es muy práctico, sencillo y sin complicaciones. Para ser un aprovechamiento de restos de otras labores ha resultado muy bien.
Primer bolsillo plegado
Segundo bolsillo plegado
El neceser completamente plegado y cerrado
Aquí se puede observar con más detalle el bordado de adorno, consistente en dos carreras de punto escapulario entrelazadas y el precioso imperdible que cierra y adorna al mismo tiempo.
Realmente estas telas son tan espectaculares, los tonos son tan elegantes y coordinan tan perfectamente que no he necesitado esforzarme demasiado para ofreceros esta idea. Además el montaje y costura están a la altura de cualquier costurera principiante.
Yo ya he perdido la cuenta hace mucho tiempo de cuántos neceseres o bolsas de costura puedo tener, pero nunca dejo de desear uno nuevo y me falta tiempo para colocarle dentro lo necesario para una nueva labor. En esta ocasión, además, con mayor motivo, porque estoy pasando una temporadita con Violeta y me vino estupendamente mi nuevo neceser para traerme un trabajo de punto de cruz que, por supuesto, ni he mirado desde que llegué, porque me gusta mucho el punto de cruz pero, ¿quién va a ponerse a bordar pudiendo contemplar a una niña tan preciosa?
La semana que viene, cuando vuelva a mi casa, sí que tendré que ponerme a bordar como una loca para no echarla de menos.
Hasta pronto con más labores.