CHAQUETA PARA NIÑO
Desde la primera vez que la vi en una revista de lanas Katia de hace un par de años, me encantó esta chaqueta de puntos irlandeses, abrigada y confortable, perfecta tanto para niña como para niño y que resulta cómoda bajo el abrigo en pleno invierno o como prenda exterior cuando llega la primavera.
Hice una para Violeta en su momento y desde que Max nació tuve claro que haría otra para él en cuanto tuviera edad para lucirla en sus paseos. El momento llegó este invierno y aunque un poco a trancas y barrancas, aplazada por otras muchas cosas que traigo entre manos, pude al fin terminarla y mi rubiales ya presume de chaqueta, que le queda preciosa, más que nada por lo guapo que es él.
Yo creo que una de las razones por las que me gusta tanto este modelo es que en mi juventud pasamos una época en que todo el mundo tenía una chaqueta o un jersey de puntos irlandeses, de este mismo estilo y color, que solíamos llevar "over-size" con faldas largas o con pantalones de "pata de elefante", nuestro tributo a la estética de la era hippie. Hay muchas más, como que el color es perfecto para combinar con cualquier cosa, que el formato va bien indistintamente a niñas y a niños, que el grosor de la lana usada y el corte la hace muy apropiada como chaquetón de entretiempo, que se lava en lavadora sin problemas, que favorece un montón y que es fácil de confeccionar.
En esta ocasión no he utilizado la lana recomendada por la revista, sino que he elegido la calidad "Woolly" de DMC, que me encanta para niños por su facilidad para el lavado en lavadora y su buen resultado en general y la he tejido con agujas del 3 1/2. En el cuello sí que he usado la Katia Bombón recomendada, que es extraordinariamente suave y calentita, además de conseguir un aspecto peludito muy agradable y que le da un toque especial a la chaqueta, casi como si fuera un cuello de piel de borreguillo.
Con la lana Katia Bombón he tejido también unos chaquetones para Violeta y Catalina y me encanta cómo han quedado, muy especiales, originales y sobre todo especialmente confortables y calentitos. Es una lana latosa de tejer, porque por su estructura peluda no se ven los puntos y se teje un poco a ciegas, es casi imposible recuperar un punto si tienes la mala suerte de que se escape, pero usando el punto bobo o punto espuma y tejiendo con un poco de cuidado, se consiguen prendas ideales para niños y ese acabado peludo, parecido a un peluche, es tendencia en moda infantil. Desgraciadamente no tengo fotos de los dos abrigos, los entregué apenas los hube terminado y aunque tengo fotos de las niñas con ellos puestos no me gusta enseñar fotos de ellas por la red, espero que lo comprendáis.
Cuando estaba haciendo la chaqueta, se me ocurrió que mi nieto favorito estaría esperando encontrar algo divertido en el paquete que llegaba de España. Aunque Max prefiere los coches a cualquier otro juguete, yo soy una abuela y como tal me veo obligada a intentar que le gusten también otros juguetes, como los peluches o los muñecos blanditos que me gusta tejer para aprovechar lanas.
Así que elegí un elefante monísimo, que tenía ganas de hacer desde hace tiempo y lo vestí con un jersey invernal de dibujos de estilo nórdico, que le va muy bien al clima frío del lejano Norte. Fui tejiendo a ratitos, alternando con la chaqueta y enseguida las dos cosas estuvieron terminadas.
También he metido un par de bufandas tubulares, de esas que me he inventado este año, que se tejen en un pispas con un ovillo de lana gordita y agujas enormes. Funcionan como un cuello cisne independiente y son comodisimas para los niños, porque no necesitan enrollarlas o anudarlas, no se sueltan, no se caen, no estorban y no les molestan, con lo cual no se las quitan y van todo el día tan calentitos.
Los patrones para hacer el elefante los he adquirido en Etsy, igual que los que utilicé en su día para hacer unos conejitos también ideales. Su diseñadora se llama Julie Williams y sus diseños también están disponibles en Ravelry bajo la firma "Little Cotton Rabbits". Os aseguro que es imposible conocerlos y no enamorarse de sus animales deliciosos y sus colecciones de trajes para ellos. Los patrones se entregan en formato PDF y de forma casi inmediata, además el precio es muy razonable dado el enorme rendimiento que se le puede sacar y la exquisita calidad de sus instrucciones.
Parece un capricho tonto, pero cuando se tienen muchos restos pequeños de lanas de distintos tipos y colores y muchos niños y niñas a los que regalar muñecos, viene de perlas tener a mano estos modelos que, además son divertidísimos de hacer. Qué decir si además los muñecos van a formar parte de los juegos de personas tan importantes como los nietos, eso no hay dinero que lo pague.
Quizá un día de estos me anime a contaros mi gran aventura de este invierno, que me ha mantenido muy ocupada y cansada durante casi dos meses y que tiene que ver con el jardín. Y quizá debería contar también mis visitas a Madrid, de las que vuelvo con una versión nueva de catarro vírico cada vez; el último, por ahora, me tiene sin pegar ojo por la tos. Lo malo es que este insomnio no es nada creativo, solo fastidioso.