THE PILGRIM
Como no podía ser de otra manera, no sólo las malas hierbas crecen deprisa en esta época; también las joyas de la corona se dan prisa en aprovechar la luz y en alegrarme los días con cada nueva flor.
Os presento a "The Pilgrim", un trepador que no mide más de 60 cm de altura por el momento, pero que ya no puede con todas las rosas que lleva a cuestas que, además, son tan grandes que se estorban unas a otras.
Nunca he sido muy aficionada a las rosas amarillas, pero no me duelen prendas si tengo que cambiar de opinión cuando me dan razones para ello. Y no me digais que esta preciosidad no da más que razones: en realidad te enamoras de ella en cuanto la miras, porque esa perfección de flor es para admirarla sin pestañear.
Como todas las rosas que he puesto este año, también The Pilgrim es muy aromática, de perfume suave y afrutado, un poco cítrico.
En capullo, cerrada, semiabierta o ya vieja, ni un solo momento pierde la elegancia y la limpieza. Aquí, a medio abrir, más arriba los capullos en varias fases.
Y aquí la más vieja, después de diez días abierta, sin asomo de mancha o decrepitud. No ha habido término medio, pasó de estar así a caerse entera, de una vez y sin perder el perfume.