EL REGRESO
Si no fuera porque las aplicaciones informáticas llevan contabilidad exacta de todos nuestros pasos y nuestros tiempos,no sería capaz de recordar la última vez que publiqué algo en este blog pero, según veo, mi último post es del 11 de Abril de 2016, es decir, ¡hace casi seis meses!, un récord absoluto desde que abrí el blog, aunque mis períodos de silencio se habían hecho más largos de lo habitual en los últimos años. Hay muchos factores que han llevado a este nuevo ritmo en el funcionamiento y por encima de todos está el hecho de haberme convertido en abuela, condición que ha cambiado completamente mi vida y mis prioridades.
Antes de eso, todo mi tiempo era para mis hobbies y la producción de objetos más o menos "mostrables" alcanzaba para tener mucho que contar y mucho que fotografiar, ya que normalmente uso el blog para compartir aquellas cosas que me distraen, me relajan o me divierten, como viajar, jardinear, leer, bordar, coser, inventar y con todo eso voy llenando páginas y páginas de historias y fotos que pongo a disposición de quien las quiera disfrutar. Pero no todo lo que ocurre en mi vida es digno de ser contado o es adecuado para estar en este blog, porque los acontecimientos menores y mayores que conforman la vida cotidiana pertenecen a la privacidad y seguro que no aportarían nada a quienes me seguís, a fin de cuentas, seguro que en mayor o menor medida, todos pasamos las mismas vicisitudes.
Si tuviera que contaros por capítulos todas las cosas que he hecho y me han ocurrido en estos meses, más bien en lo que va de año, seguramente el blog habría tenido una actividad frenética, pero precisamente la cantidad de acontecimientos y tareas que este tiempo me ha proporcionado han hecho imposible dedicar un minuto a escribir, fotografiar, bordar, divagar y disfrutar, como hago habitualmente. Todo el año y especialmente el último semestre, ha sido vertiginoso, intenso, por momentos muy tenso, a ratos preocupante y otros estresante, con días de angustia y días muy felices, constructivo en todos los sentidos, pero agotador, tanto en lo físico como en lo psicológico. Un tiempo muy productivo, lleno de acontecimientos muy importantes, trascendentales para la familia, en los que me he involucrado a fondo, como no podía ser de otra manera y cuyo desencadenante principal ha sido la llegada de mi nueva nieta, Catalina, otro precioso bebé que se parece muchísimo a su hermana mayor, mi querida Violeta.
En estos meses he estado mucho más tiempo en Madrid que en mi casa, hemos hecho frente a algunas preocupaciones y zozobras hoy felizmente superadas, hemos vendido una casa y comprado otra más a la medida del aumento de familia, hemos llevado a cabo una reforma integral complicadísima y la posterior mudanza, ha nacido Catalina, preciosa y llena de salud, hemos pasado un verano maravilloso en mi casa y en familia, disfurtando de las niñas a tope y es ahora, ya empezado el otoño, cuando empezamos a recuperar el ritmo de la rutina, que tan saludable es después de una etapa tan intensa.
Un impactante reencuentro con el jardín, no había reparado antes en la impresionante espesura de mis árboles
Tuve que reparar y reponer gran parte del sistema de riego por goteo, imprescindible en un verano muy seco
Desde primeros de Septiembre, cuando todos se fueron a su vida y la casa se quedó vacía, me lancé como loca a poner al día las tareas que estaban aparcadas; he hecho una buena limpieza de jardín, que encontré poco menos que salvaje cuando volví de mi larga estancia en Madrid, un repaso general a la casa, que también ha quedado patas arriba después del verano y aunque os parezca imposible, he tardado en abrir los cajones de mis cachivaches, porque después de tanto tiempo me daba un poco de miedo ponerme a coser o no sabía muy bien por dónde empezar. Me conformaba con leer un poco antes de ir a dormir y gastar algún rato navegando por internet, volviendo a visitar las páginas que sigo habitualmente, quizá buscando ánimo e inspiración y desde luego, poniéndome al día de lo que publicáis los demás, que siempre me hace disfrutar muchísimo.
Ya voy consiguiendo que el jardín y la casa recuperen sus mínimos de confort y eso me deja un poco más de tiempo libre y crea el entorno amable que necesito para sentarme a bordar, a leer, hacer mermeladas, bizcochos y otros caprichos.
Hasta que un día saqué por fin los neceseres donde me esperaban todos los proyectos de bordado pendientes, los miré y remiré, los puse en orden y me decidí por establecer la prioridad de seguir la serie del "Garden club series" que había dejado interrumpida en abril, creo que por la quinta etapa y ¡ya estaba publicada hasta la 11!
No era consciente de tener síndrome de abstinencia en relación con el punto de cruz, pero fue dar las primeras puntadas y cogerlo con tal entusiasmo que yo misma he quedado asombrada cuando este fin de semana me he puesto a ordenar todo lo que he bordado en las últimas tres semanas. Otra cosa será cuando tenga que utilizar todos estos bordaditos para hacer algún objeto interesante, que eso todavía me da pereza. Es verdad que en momentos como el actual, en que todavía estoy cansada, el punto de cruz es muy fácil, se puede hacer de forma mecánica, basta dejarse llevar del gráfico y mientras, dedicar toda la actividad mental a pensar en otras cosas, pero la utilización posterior de esos bordados requiere pararse un poco a pensar, buscar otros materiales, diseñar acabados, etc. y para eso todavía no tengo ánimo.
Incluso tengo en espera un precioso proyecto de patchwork que adquirí este verano, el "Quilt me Club 2016" de Nathaliejo, para el que será necesaria una visita (en busca de preciosas telas) a mi querida tienda Lunares Patchwork, en Avilés, a la que no he vuelto desde diciembre pasado; demasiado tiempo, desde luego y no solo por la tienda en sí, sino porque allí tengo muchas amigas a las que quiero mucho y a las que he dejado abandonadas. -Chicas, os quiero y estoy deseando daros un abrazo-
Pese a todo no me presiono, necesito organizarme primero, porque así disfrutaré más todo lo que quiero hacer y preparar un plan de actividades que integre mis visitas a mis nietos, mi vida cotidiana y mis hobbies, a ser posible sin los sobresaltos de este último año, jjjjjjj.
Lo primero que hice, antes de empezar a bordar, fue confeccionarme una nueva alforja-neceser de bordado para poner en mi sillón favorito y tener el punto de cruz siempre dispuesto y a mano. Era un capricho y, además, la anterior estaba un poco decolorada por pasar tanto tiempo en el porche al sol, así que no me lo pensé dos veces: aproveché un bordado que llevaba tiempo terminado, algunos retales de telas de algodón de mis colores favoritos y preparé mi nuevo capricho en una tarde.
Y claro, con tan estupendo complemento colgando en el brazo de la silla, ya no me quedaban excusas para arrancar y ponerme a hacer cruces como una loca.
Os muestro a continuación los gráficos que he terminado, todos preciosos, divertidos, fáciles de bordar y perfectos para disfrutar del tiempo libre.
"Tis The Season", de Blackbird Designs, una joya largamente esperada, bordado en seda sobre lino gris
También de Blackbird Designs, una serie de calcetines de Noel que bordaré para que mis nietos cuelguen en su árbol. El de Violeta ya está listo para confeccionar.
He tardado mucho, lo sé, pero estoy segura de que sabreis perdonarme, sobre todo después de haber visto que no he perdido el tiempo.
Por supuesto, no puedo despedirme hoy sin antes agradecer a tantas personas la preocupación que habéis mostrado por mí y vuestros mensajes de cariño, es sencillamente impresionante descubrir cuánta gente me sigue y hasta me quiere, solo por conocer mis pequeñas cosas en el blog.
Como ya os he dicho, ha sido intenso pero todo ha salido perfectamente. Ahora solo nos queda disfrutarlo y celebrarlo. Ya sabéis que yo compartiré todo cuanto crea que merece la pena. ¡Ah!, también podéis seguirme en Instagram y en Facebook donde, por la facilidad e inmediatez, suelo publicar más a menudo.
Todos los gráficos presentados en este artículo, así como las telas de lino, hilos y otros materiales necesarios para su elaboración han sido adquiridos en la tienda online "La Casina Roja".
Las telas de algodón empleadas en el trabajo de la alforja y otros materiales de patchwork, son de la tienda "Lunares patchwork", que también vende online a través de "Quilt house patchwork"