Sé que tengo un poco olvidado el capítulo del arte pero en esta ocasión es obligado que os ofrezca este artículo porque J. Paredes acaba de inaugurar nueva exposición y quiero animar a todas las personas que puedan pasarse por Gijón a visitar esta muestra absolutamente excepcional y que sé que no dejará a nadie indiferente.
La exposición, titulada "Zapatos exclusivos" se presenta en la capilla del Museo Barjola de Gijón y estará allí hasta el 9 de Junio, plazo suficiente para que todo el mundo se dé una vuelta por este precioso museo y conozca una de las casi infinitas facetas creativas de este artista genial que es José Paredes.
Dotado de una extraordinaria creatividad y de una hiperactividad inagotable, J. Paredes vive por y para ese genio creador que le sobrepasa continuamente y que le lleva a traspasar sus propios límites sin ningún prejuicio y desde luego sin el menor temor a la búsqueda, al descubrimiento, a la innovación y al riesgo. Su nombre y su historia, ya en la nómina de los grandes pintores españoles de su generación, no le intimidan ni coartan y arriesga cada vez con la misma ingenua generosidad de un principiante que busca su camino, aunque sin renunciar jamás a un cuidado exquisito de la técnica y a las señas de identidad que lo hacen reconocible y genuino. Lejos de instalarse, como tantos, en la seguridad de los propios tópicos artísticos adquiridos en años de oficio, se reinventa cada día y encuentra campos expresivos nuevos en cualquier estímulo, por banal que parezca, desde la mínima poesía de un haiku a los productos de desecho que el culto a la obsolescencia programada disemina a nuestro alrededor.
En esta ocasión les ha tocado a los zapatos, esos que se ya nadie se pone y que duermen olvidados entre el moho en los rincones más oscuros de todos los armarios hasta que la limpieza se lleva por delante a la nostalgia y acaban en el contenedor de basuras. Fue seguramente en ese tránsito armario-contenedor (nunca le pidas a Paredes que te saque la basura o te encontrarás con una obra antes de que te des cuenta), cuando el primer zapato comenzó a ser víctima de un plan inexorable que ha llegado hasta hoy y que ha culminado con 31 experimentos geniales, los que ahora podemos contemplar y disfrutar en el Barjola.
Desde ese primer encuentro fortuito hasta esta muestra, los zapatos han estado presentes siempre, alternados o simultaneados con docenas de otros proyectos no menos brillantes, algunos ya expuestos, otros todavía inéditos y que van dando cauce a ese imparable torrente creador.
Participa esta colección de esculturas construidas sobre zapatos de una permanente y profunda preocupación, a la vez que curiosidad, por los excesos del consumo y la producción incesante de basuras de nuestra civilización y en la expresión de esas inquietudes comparte universo creativo con anteriores exposiciones como "Recuerdos que encierran otros recuerdos", "Homenaje a Dadá", "Secretos sumergidos" y la incomparable "Olimpo de coprófagos", todas ellas impresionantes reflexiones estéticas acerca de la estupidez y los excesos de nuestro mundo. Esta tradición del "reciclaje artístico", directamente emparentada con el Dadaísmo, le lleva a recuperar y transformar casi cualquier tipo de objetos "inútiles" a los que, con la paciencia y la meticulosidad de un maestro joyero, devuelve otra vez a la vida, pero a una vida distinta, dotada de una dignidad que nunca antes gozaron.
Cada uno de estos zapatos-escultura que ahora puede disfrutarse en público, es una historia en sí mismo, expresión de un diálogo interior entre la materia y el arte, en el que la ironía y muchas veces el sarcasmo disfrazan un tanto la preocupación y el pesimismo que en realidad muchas veces atenazan al artista inmerso en un contexto histórico y social demasiado agresivo para su sensibilidad.
Cada modelo sugiere y pide, recibe y digiere un agregado material y pictórico que lo consagra como obra única y, al tiempo que el exterior se va viendo profundamente alterado por la superposición de técnicas escultórico-pictóricas, el interior del zapato se conserva íntegro, ofreciendo un contraste de realidad que contradice la intención surrealista de la apariencia externa y sitúa al espectador entre el estupor , la sorpresa y la hilaridad.
"Este camino ya nadie lo recorre salvo el crepúsculo", haiku de Matsuo Basho que aparece escrito en el interior de uno de los zapatos, viene a expresar y reforzar esa conciencia de la belleza de lo efímero que ilumina el pensamiento de J. Paredes y que queda inequívocamente representada en la exposición.
A todos los que podáis reitero mi recomendación para que no dejéis de visitar el Barjola y para los que sé que no podeis hacerlo aunque no os falte el deseo o la intención, os dejo una buena colección de imágenes, siempre dejando claro que la impresión del conjunto, instalado en el marco maravilloso de la capilla de este museo único, es incomparable.
Entrada a la sala; mural realizado por J. Paredes como presentación de la muestra
Plano parcial de la sala (Capilla del Museo Barjola)
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Esperamos vuestra visita.