La espera que parecía interminable terminó, por fin, el domingo 25 de agosto de 2013 al caer la tarde, cuando ya el calor de Madrid deja de ser sofocante y da paso a una noche cálida pero amable y , en este caso, pletórica y feliz, con un miembro más en la familia, una preciosa niña grande y sana, que ha llenado de alegría a sus papás y a todos nosotros.
Violeta nació rápida, resuelta y sin problemas, decidida a ejercer su reinado y a tomar posesión de nuestras ilusiones, segura de que todo lo que haga nos parecerá gracioso, inteligente, divertido, emocionante, sorprendente y digno de todos nuestros elogios y de todos nuestros mimos. Ya todo el mundo sabe cómo funciona esto, porque ha pasado tantas veces que a nadie puede sorprender: ella ahora, ya, es la más guapa, la más lista, la que más crece, la que mejor come, la más buena y probablemente lo será para sus padres y, cómo no, para su abuela, por los restos de nuestra vida.
Naturalmente, como en todas las familias, la espera se ha entretenido inventando mil y una prendas para la canastilla. Supimos muy pronto que era una niña, ¡maravillas de la ciencia!, así que estaba claro lo que íbamos a necesitar para vestirla de princesa, por supuesto, a la altura de su rango.
No obstante, no fue tan fácil poner a andar la maquinaria femenina que en todas las familias se encarga de transmitir el legado de modelos y conceptos relacionados con el bebé y su crianza. Los engranajes chirriaron y solo el cariño y el respeto nos llevaron a buscar puntos de encuentro que estuvieran a la medida de los gustos de los jóvenes papás y al alcance de los conocimientos de la menos joven abuela.
De ese encuentro fueron saliendo, poco a poco, las prendas que han ocupado mucho de mi tiempo de este año: las sabanitas, las mantas, las toallas, los arrullos, las colchas, los sacos, las chaquetas, los vestidos, etc., etc., hasta agotar todas las posibilidades que nuestra imaginación iluminaba.
Como os decía, tuve que hacer un esfuerzo importante por variar mis esquemas y encontrar la forma de hacer el ajuar de mi nieta a gusto de mi hija, que detesta el estilo bebé clásico. Y os aseguro que no me fue fácil, empezando por encontrar los tejidos que, sin ser específicos de bebé, tuvieran la calidad, el colorido, suavidad y ligereza que convienen a las delicadas prendas de los pequeños. Tras una búsqueda bastante frustrante, tuve una inspiración repentina al recordar los delicadísimos algodones de la firma Liberty, de Londres y rápidamente me puse manos a la obra. Hice primero una selección de colorido, estampados y calidades que cubrieran mis necesidades y después me lancé sin pensarlo.
La segunda fase fue el diseño de las prendas que, como es lógico, nada tiene que ver con lo que yo hacía desde siempre, para mis hijas, para mis sobrinos, para amigas; nada de eso me servía, así que pasé al ataque con lápiz, papel y cuaderno de apuntes tras haberme fabricado en cartón duro un patrón básico de la talla 0 para tener al menos la referencia de las medidas necesarias. En el caso de la ropa de cuna y baño fue más fácil, simplemente adapté mis modelos clásicos para crear conjuntos con las telas Liberty de colores más vivos aplicadas sobre la batista o la felpa blancas de la mejor calidad.
Otra cosa fueron las prendas de vestir a la bebita, que vive en Madrid y que al nacer en pleno verano necesitaba ropa muy fresca, muy ligera y cómoda de vestir, como deben ser siempre las prendas de bebé. Así que, jugando con las telas y dándoles vueltas sobre mi patrón de cartón, fui creando vestiditos alegres y veraniegos, combinados con sus chaquetitas de algodón, aunque hasta el momento éstas no han sido utilizadas gracias a las generosas temperaturas que todavía disfrutan en Madrid a estas alturas.
De paso, me fabriqué también unas grandes cajas, forradas con telas de algodón en tonos rosa y blanco, para ir almacenando mis creaciones a salvo de cualquier contaminación. Por suerte, las cajas han resultado encajar perfectamente a la medida del armario de Violeta y así servir de almacenaje adicional.
Afortunadamente, las medidas de mi patrón han resultado acertadas y todos los modelitos le quedan perfectos a Violeta. Por supuesto, esa ventaja va a dejar de serlo enseguida, porque la nena crece muy deprisa y algunos ya no le servirán en apenas unos días más. No obstante, prefiero seguir fabricando a la medida de su crecimiento porque me horroriza que los bebés lleven la ropa grande.
Os mostraré a continuación algunos de los vestidos que ya ha estrenado la "señorita Violeta" y os aseguro que mis peores temores se han disipado, porque no son lo que las abuelas hubiéramos elegido para una recién nacida, pero realmente le quedan preciosos y yo ya estoy cambiando de idea, es decir, estoy dispuesta a admitir que hay otras opciones y que todas pueden ser igualmente buenas.
Tela Liberty "Tana Lawn" en rojo, fucsia y blanco, con forro de batista blanca. Modelo muy cortito, tipo "jesusito", con ranita a juego. El corte redondeado en la espalda deja al descubierto la ranita, por eso ésta lleva volantes en la trasera, lo que le da una gracia especial.
Igual que el anterior, tela Liberty en tonos azules y verdes sobre fondo blanco combinada con canesú redondo en piqué blanco y forrado con batista blanca. También este modelo es tipo blusita, muy corto, dejando a la vista parte de la ranita que lleva igualmente volantes en el culete.
Se acompaña con chaquetita blanca de algodón, tejida en una sola pieza, con manga francesa.
Jesusito de batista de algodón en cuadrito tipo "Vichy", bordado con un sencillo smock en el canesú adornado con fresas de colores azules y rojas. Se combina con ranita de batista blanca con una tira bordada diminuta en las perneras y chaquetita también blanca.
Tejido Liberty "Tana Lawn" en tonos azules y beige, forrado con batista blanca y con ranita a juego. Lleva chaquetita de finísima lana merino en el tono azulón de las florecitas. La chaqueta es reversible, pudiendo usarse igualmente abrochada en la espalda si se quiere combinar con un vestidito de piqué blanco o con una ranita blanca.
En algodón satinado combinado en tonos rosa y blanco, forrado en batista blanca y coordinado con ranita también blanca, rematada con mini puntillita en las piernas. Se completa con la misma chaquetita blanca o con otra en rosa y blanco.
Vestidito con cuerpo de algodón ecológico en tono berenjena y falda de lino crudo, forrado en batista cruda. Se acompaña de chaquetita del mismo color y ranita de la misma tela. Este fue un modelo que mi hija vio en internet y que copiamos directamente de la página, pero siento no recordar exactamente cuál era.
Faltan algunos más, que ya os enseñaré en otra ocasión, cuando Violeta ya los haya estrenado. Aunque tienen aspecto de vestidos de niña mayor, en realidad son todos pequeñísimos y es probable que no se los pueda poner cuando cumpla el mes, ya que algunos están justos ahora, a los 15 días. Eso es motivo de alegría, porque significa que la niña crece rápido y también porque así tengo excusa para seguir fabricando.
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Dedicado a Violeta, que rima con nieta, con poeta, con coqueta y pizpireta, regordeta, bicicleta y cometa y que nos ha dado tanta alegría que yo hago cosas tan absurdas como buscar la lista completa de palabras castellanas que riman con Violeta. ¡Qué le vamos a hacer!, es bueno hacer cosas absurdas de vez en cuando y quizá ser abuela se convierta en el pretexto que me faltaba para volverme completamente loca. O, por buscar una rima tonta, digamos que abuela rima con lela, que es más o menos cómo estoy.
Un beso muy grande a mi nieta y también a todos los que yo sé que compartís conmigo esta alegría.