Por seguir sacándole jugo al último "Loose Feathers 2012" de Blackbird Designs, cuyos modelos de aire retro me tienen absolutamente encantada, he aprovechado un resto de tela y un rato perdido y me he fabricado una cajita-pinkeep que además de utilidad doble, tiene una historia sentimental.
Por un lado estaba la caja, una cajita redonda, pequeña, de cartón, que llegó a mí en una ocasión absolutamente única y especial y que solo por eso decidí conservarla como si fuera de oro; es la caja que envolvía un regalo precioso, el que mis compañeros y compañeras me hicieron con motivo de mi jubilación. Naturalmente, he guardado todo lo que tuvo que ver con ese regalo y con ese momento y a la caja le adjudiqué un destino desde el primer momento porque es perfecta para guardar cosas pequeñas y delicadas. Así, sigue formando parte de mi vida y lo hace con una importancia para la que no estaba destinada.
Como veis, la caja guarda los charms, esos pequeñísimos complementos con que solemos adornar nuestras labores de bordado y costura y es perfecta para eso, así que llevaba tiempo pensando en hacerle un homenaje, en forrarla con algo especial y no solo por adornarla, sino por protegerla y que no se rompa ni se desgaste por el paso del tiempo.
Y por otro lado, llegó a mí este cuadernillo "The gift is small" y dentro de él este pequeño y delicioso "Tiny basket" que se borda en algo más de media hora, así que se encontraron el bordado y la caja y en menos que canta un gallo se complementaron a la perfección, como si hubieran nacido el uno para la otra y viceversa.
El bordado está realizado sobre lino WDW color "Confederate grey" y he probado con los hilos de Nina's Thread, que estoy empezando a usar en algunas de mis labores. Con unos restos de telas de algodón y unos centímetros de piquillo (también de Nina's Threads) se completa el traje que le hice a mi cajita.
Para conseguir el uso como pinkeep (alfiletero para las personas normales, no pijas), he pasado un frunce por el contorno de la tela bordada y he rellenado con floca. La pared lateral de la caja también lleva un ligero acolchado de guata fina, que siempre da un acabado mucho más bonito y ayuda a mantener la tela más tensa.
Todas las telas están pegadas directamente con pegamento de barra, salvo el lino de la tapa, que además está cosido a la otra tela. Para tapar esa costura he utilizado el piquillo sujeto con un pespunte en zig-zag.
Es una pequeñez, pero ha quedado preciosa y así la podré conservar y disfrutar mucho tiempo, igual que la sortija que tenía dentro que, por supuesto, tampoco me he quitado del dedo nunca más.
Este es el segundo modelo de este librito que he bordado estos días y seguiré experimentando con él porque todos sus gráficos son preciosos y muy aprovechables para cosas pequeñas, como alfileteros, carteritas para agujas, cajas y muchas cosas más.