No fue totalmente aleatorio que yo eligiera el día 25 de cada mes como fecha de "encuentro" o publicación de este SAL, sino que, buscando una fecha fácil de recordar para todos los participantes que no fuera el 15, día reservado a mi otro SAL "Mon cahier de broderie" y descartadas otras opciones por razones que no recuerdo muy bien, el día 25 tomó su protagonismo absoluto hoy hace un año, justo al nacer mi primera nieta, Violeta. En honor a ella decidí que el 25 era un número perfecto que no se me olvidaría fácilmente y hoy eso es más verdad que nunca, porque esta princesa fuerte, resuelta y sonriente cumple su primer añito y además tengo la suerte de estar con ella en este momento tan especial. Y como no quiero perderme ni un minuto de este día, he madrugado para hacer mis deberes antes de que ella se despierte y poder dedicarle cada minuto de su primer cumpleaños.
Como este SAL empezó poco después del nacimiento de Violeta, a ella le dediqué el primero de estos doce abecedarios, el más pequeñito de todo el conjunto y el único que no tiene un gemelo del mismo tamaño. Además, otra feliz coincidencia hace que este post sea parte también de la celebración del cumpleaños, ya que este abecedario está dedicado a mi hija Paula, madre de Violeta y así se convierte en un regalo simbólico para ella en recuerdo de ese día inolvidable en que su gran sueño se hizo realidad.
"Summer harvest" (Cosecha de verano) es el título elegido por Alma Allen para este modelo y no podría ser más oportuno en este caso, porque el verano nos trajo a Violeta, la cosecha más generosa que se pueda esperar y con ella la felicidad completa a la vida de Paula, que disfruta como una loca de su niña cada segundo de su tiempo y os digo yo que no es para menos, porque la criatura es para comérsela.
Lo que sí fue totalmente casual fue que este abecedario coincidiera en el orden de mi SAL precisamente en este mes, ya que yo había decidido de antemano que estos dos modelos de formato diferente a todos los demás serían los dedicados a mis hijas, pero lo hice sin saber cuál sería su contenido ni en qué fecha serían publicados, solo basándome en sus dimensiones, el único dato que la diseñadora me proporcionó hace mucho tiempo para permitirme planificar "a priori" la composición de la manta y así poder organizar el SAL. Sin saber cómo serían, pero dando por seguro que viniendo de esta firma serían preciosos, me encantó su forma tan diferente a todos los demás para destacar el protagonismo que yo quería dar a mis dos tesoros en el catálogo de los afectos de mi vida, en esa manta en la que estarán acompañadas por todas las personas que han sido y son importantes para mí.
En esta imagen he querido mostrar juntos los abecedarios que he dedicado a mis dos hijas para que se observe mejor ese formato tan apaisado que me parece ideal y que me ha confirmado que mi elección fue acertada en este caso porque los dos son absolutamente maravillosos y aunque están destinados a formar parte de mi manta, pienso que son perfectos para forrar una tapa de una lujosa caja, así que no descarto repetirlos. Otra cosa será que tenga tiempo para ello pero soñar no me cuesta nada y me llena muchos ratos de ilusión
Aunque lo damos por sabido, no estaría de más recordar que, además de la increíble inspiración y buen gusto de las creadoras de "Blackbird designs", los hilos de Gentle Art, con su precioso brillo, su gran calidad y ese colorido elegante y cálido, lleno de matices, contribuyen a enriquecer aún más estos bordados ya de por sí preciosos. Desde que empecé a usar estos hilos me han ido ganando día a día y puedo afirmar que hoy son mis preferidos sin ninguna duda y siempre vuelvo a ellos, incluso cuando me propongo hacer alguna labor para aprovechar los cientos de madejas de otras marcas que tengo almacenadas en casa.
En este caso, el lino Belfast ha sido teñido con café, en una tonalidad crema muy tenue, como las que he ido usando a lo largo de este proyecto y los hilos son los recomendados en el gráfico.
Si os fijáis en alguna de las fotos, he dejado un enorme margen en la parte inferior del modelo y eso tiene una explicación que voy a exponeros a continuación.
Este abecedario "cierra", por así decirlo, la composición de la manta, va colocado entre otros dos modelos de formato vertical bastante alargado y necesitamos ajustarlo para que se iguale en altura a ellos. En lugar de repartir esa diferencia a compensar, entre los márgenes de arriba y abajo, centrando el bordado, decidí dejar todo el margen en la parte inferior y así reservar ese espacio en blanco para bordar los "créditos" de nuestra obra. Así, cuando hayamos acabado de bordar todos los abecedarios, en esa parte inferior bordaremos la fecha de realización, nuestro nombre y una dedicatoria que recuerde a nuestros descendientes, a quienes vayan a heredar esta manta única, quién y cuándo hizo esta maravilla.
Naturalmente, si no os gusta esa idea, podéis personalizar a vuestro gusto la composición o incluso compensar esa altura diferente poniendo unas tiras suplementarias de la lana que vayais a usar o de otro tejido que coordine; seguro que hay muchas formas de rellenar ese espacio, así que elegid la que os guste más.
Desde el principio del SAL hemos venido repitiendo lo bonitos que son todos y cada uno de los abecedarios que hemos bordado, hasta el punto de que se nos haría difícil elegir uno que nos gustara más que los demás, pero yo ya he hecho mi elección y creo que este "Summer harvest", junto con su gemelo "Rosy morning", son de los más bonitos, no solo por la forma, sino por el colorido y los motivos que presentan. Y como para mí, además, tienen una carga afectiva tan especial, no puedo evitar que me parezcan preciosos.
Ahora, al recordar a Paula en esta dedicatoria, caigo en la cuenta de que el tiempo que pasamos con los hijos es como si no avanzara, como si no pesara encima de nuestros huesos, como si siguieran siendo pequeños toda su vida y necesitando de nuestros cuidados para que nada les pase. En su caso, además, por ser la pequeña de la familia, parece que esa sensación de eterna niña pequeña se refuerza en mi subconsciente, aunque la realidad es que hace ya mucho tiempo que ella me cuida a mí más que yo a ella, por más que yo sigo terca como una mula intentando dirigirlo todo.
Eso ha hecho que Paula, que desde muy pequeña ha tenido su propio criterio, haya tenido que luchar mucho más por conquistar su terreno y ganar su autonomía desprendiéndose de mis excesos protectores que, en muchas ocasiones, trataban de cambiarle el rumbo, aunque afortunadamente no lo consiguiera. Porque si algo la caracteriza desde siempre es la capacidad de pelear por lo que quiere hasta el límite de sus fuerzas, enfrentándose a lo que haga falta, aunque le vaya en ello incluso la salud.
Creativa y sensible, generosa y cariñosa, tozuda y peleona, llega siempre a la meta pero por el camino que ella traza, nunca por donde otros le digan, porque prefiere equivocarse a su manera, si bien le gusta escuchar a sus amigos, en los que siempre encuentra la fuerza necesaria para sostenerse.
Sin renunciar a divertirse, a explorar, a rebelarse, ha ido alcanzando sus objetivos al más alto nivel sin un solo desfallecimiento y Violeta es ahora la prueba de su capacidad de lucha, el triunfo de su amor y de su voluntad, el sueño largamente esperado, buscado y trabajado que ha completado para ella el círculo de la perfección.
Y con esta dedicatoria se cierra también mi círculo, a falta solo del último homenaje que, por supuesto, tengo ya pensado. Ahora ya me entran los nervios de la cercanía del final y estoy deseando que salga el último modelo para ponerme a bordarlo, sobre todo ahora que van terminando las vacaciones y retomaré mis rutinas y mis costumbres, porque este mes de agosto ha sido intenso y maravilloso, disfrutando de Violeta, que ha pasado sus primeras vacaciones en mi casa y sin pensar en nada más. Realmente me ha costado bordar este modelo, a ratos perdidos y robándole horas al sueño y casi ni he podido acabar este post a tiempo, pese a haberlo empezado a las 6 de la mañana, pero vale la pena porque he disfrutado del primer cumpleaños de la peque y lo hemos celebrado a lo grande.
Que tengáis un feliz fin de vacaciones.