Esta última etapa del SAL que estoy haciendo con Didi me ha costado más de lo que es razonable aceptar en algo que se hace para entretenerse y esto se debe a que mi vista (o la graduación actual de mis gafas) no está en condiciones de afrontar con éxito muchos bordados en 1/1.
Para colmo, comencé el relleno del cartel con el nombre un día por la noche y eso ya fue el acabóse porque con la escasez de luz me equivoqué de hilo y lo bordé con rosa pálido en lugar del blanco. No imagináis la cara que se me quedó cuando al día siguiente lo vi a la luz del día y comprendí que tenía que deshacerlo, porque quedaba bastante feo, la verdad.
Así que, yo que me las prometía muy felices porque por fin había conseguido rellenar ese pequeño espacio que suponía un reto para mí, tuve que pasarme prácticamente el día entero en deshacerlo, porque deshacer esas puntadas tan diminutas es algo espantoso incluso con lupa. Bueno, con mucha paciencia y una copita de oporto para calmar la irritación, al final de la tarde había rehecho correctamente la tarea (bueno, aclaro que correctamente no significa perfecto en este caso, sólo terminado)
Es verdad que en cuanto superé esa contrariedad, el resto fue coser y cantar y disfruté mucho de nuevo haciendo las letritas y el resto de detalles. Ahora ya falta muy poquito para terminar todo el bordado y después veremos qué acabado nos propone Didi, que todavía es una sorpresa.
Aunque el rótulo original estaba dedicado a "La Casina roja" en honor a nuestra tienda favorita, yo lo he cambiado por una alusión a mi casina, aunque esta no es roja, sino blanca. Es poco original, ya lo sé, pero no se me ocurre nada mejor.
Hasta la próxima etapa.