Cuando Didi convocó su enésimo SAL, al que llamó SAL 3B, me acerqué con la curiosidad que siempre me despiertan las ingeniosas y divertidísimas propuestas de esta entrañable bloguera y amiga, pero cuando vi la magnitud de la tarea me faltó valor y me declaré interiormente incapaz de hacerla, así que me conformé por un largo tiempo con espiar de reojo los avances del SAL en otros blogs de costureras más espabiladas que yo mientras daba vueltas a las posibilidades sin acabar de atreverme a empezar. Tenía por otra parte varias excusas estupendas para no participar: demasiadas labores empezadas, no tenía ningún jelly roll a mano, mi máquina de coser no anda muy bien,.... La realidad es que, aunque me encantan los trabajos de patchwork hechos con telas precortadas y motivos geométricos sencillos, tengo de siempre un problema (que yo creo genético) que me impide hacer con la máquina una costura recta por más que me esfuerce y no consigo enmendarlo. Así que, claro, una manta hecha con cuadraditos tan pequeños, con tantas costuras necesariamente rectas, se me antojaba imposible.
Algunas semanas después viajé a Madrid y en la inevitable visita a Dechado, Paula me regaló una cantidad escandalosa de telitas y entre ellas un jelly-roll, con lo que el margen de excusas se me redujo bastante. De paso me informó que en su carta de reyes iba a pedir una mantita para el sofá y ahí ya se me acabaron del todo: tenía que ponerme manos a la obra.
Hoy la mantita ya abriga las siestas de Paula y Anto y aunque está lejos de la perfección que a mí me gustaría, me ha curado un poco el terror a torcerme. Por supuesto, me aprendí de memoria los maravillosos tutoriales de Didi pero, además, la martiricé con constantes consultas y ataques de nervios y, con su generosidad habitual ,me regaló su tiempo, sus consejos y algunos trucos estupendos para mejorar mi técnica. Sin ella no habría podido hacerlo.
Así se la entregué a los "niños" el día de Navidad, su regalo compartido de parte de Papá Noel.
En lugar de los nueve bloques que proponía el modelo de Didi, le he puesto doce, para que sea rectangular y lo bastante grande como para que puedan usarla los dos a la vez y no tengan que pelearse. La manta terminada mide casi 2 x 1,50 m.
Todas las telas son de la colección "Collections for a Cause" versión Comfort, de Moda. Para los bloques he utillizado 24 tiras del jelly roll y para los fondos, bordes y bies usamos tres de las telas que más nos gustaban.
Las cuatro teselas diferentes que aparecen en cada bloque las hice con las telas del fondo y del borde, con la intención de reforzar la integración y coordinación de todos los tonos y estampados.
Como en el modelo propuesto, esas piezas distintas "migran", apareciendo cada vez en una parte distinta del bloque.
Habitualmente yo veo reportajes de quilts maravillosamente presentados y fotografiados, impecablemente planchados y ahora siento no haberme tomado más molestias para hacer mis fotos. La realidad es que las hice después de que el quilt estuviera bastante tiempo doblado y envuelto y ni siquiera lo planché para la ocasión. Os pido comprensión para esta falta de delicadeza por mi parte, jjjjjjj, era Nochebuena, acabábamos de cenar y la euforia natural de la circunstancia, reforzada por alguna copilla extra de cava, me impidieron darme cuenta de esos detalles tan sutiles.
El acolchado, a máquina, es muy sencillo porque yo no doy más de sí por el momento; nada de acolchado libre, ni curvas ni rectas, ni florituras de ningún tipo, solamente las costuras alrededor de bloques y calles y alrededor del cuadrado central de cada bloque.
Dado el tamaño del top, he elegido para la trasera una de esas telas de ancho extra evitando así tener que hacer añadidos que no estaba muy segura de saber disimular.
Naturalmente, le veo muchos defectos pero eso no significa que no me guste el resultado; me encanta haber sido capaz de terminarla y haber logrado que los cuadraditos estén bien cosidos. La verdad es que las luces de la noche en casa no le hacen ni un poco de justicia, es realmente muy bonita y sé que mis niños están encantados con ella.
Hacer este quilt me ha dado muchos ánimos y finalmente me he decidido a asistir a una clase de patchwork, así que espero mejorar mis acabados en el futuro próximo. El lugar elegido ha sido "Lunares", la preciosa tienda de Avilés de la que os he hablado muchas veces y a la que iba bastante a menudo a comprar telas y accesorios; todas las chicas de Lunares son súper profesionales y encantadoras, así que estoy feliz e ilusionada. Siempre me ha gustado aprender de todo y ahora tengo mucho tiempo, así que puedo disfrutar de esa afición a tope.
Mil gracias a Diana por su paciencia y su extraordinaria capacidad para ayudarme a resolver todos los inconvenientes que me he ido encontrando. Didi, guapa, eres un sol.