ROSY MORNING (SAL "ABECEDARIAN SERIES"- IX)
A la mayoría de las personas que participamos de este SAL nos ocurre algo muy parecido desde el principio del proyecto, una feliz coincidencia en la apreciación de que cada uno de los abecedarios que vamos bordando mes a mes es aún más bonito que el anterior; es curioso, porque no nos conocemos, no hablamos, no sabemos nada unos de otros, unas de otras y sin embargo compartimos una misma sensibilidad expresada a través de tantas pequeñas cruces dibujadas sobre un trozo de tela en el que ponemos tanta dedicación como si fuera un tesoro.
Ahora os presento el abecedario número 9, tan cerca ya del final y otra vez ha vuelto a ocurrir, otra vez me ha parecido un poco más bonito que el anterior y que el otro anterior y así hasta el principio, un verdadero deleite que me ha costado muy poco terminar y que me ha dejado con ganas de bordar un poco más.
Este diseño tiene además un formato completamente diferente de los anteriores, muy apaisado y orlado por esa preciosa guirnalda de capullos de rosa que rodean una sucesión de elementos en la que los dos faisanes aparecen como los guardianes de un jardín encantado. Quizá por eso le han puesto ese título tan poético de "Rosy morning", que creo es algo así como "rosada mañana" o "mañana de rosas", en cualquier caso una alusión perfecta a las rosas que en estos meses florecen generosamente en el jardín.
En cualquier caso, este modelo me parece maravilloso y desde el formato hasta el colorido me encanta todo y creo que si no estuviera destinado a la manta, lo usaría para la tapa de una caja. Claro que con la emoción he perdido la concentración y para cuando me di cuenta de que me había equivocado con la casita ya era demasiado tarde para deshacerla (yo no deshago salvo que sea inevitable), así que por suerte o por desgracia se ha quedado con una fila de ventanitas más pequeñas que las demás; para consolarme he inventado una distribución interior de la casa y he decidido que esas ventanas más estrechas corresponden a los baños o quizá a la escalera, porque así sucedía frecuentemente en las casas antiguas, ¿verdad que sí? En cualquier caso, en cuanto deje de verlo al lado del gráfico seguro que se me olvida que tiene una mentira porque apenas se nota la diferencia.
Para los/as que estáis siguiendo el SAL quiero haceros una observación MUY IMPORTANTE: si teneis pensado hacer la manta (o, por si acaso), debeis dejarle a este modelo un margen mucho mayor por encima y por debajo, porque en el montaje final irá encajado entre dos diseños de formato vetical y necesitamos que se iguale en altura con ellos. Concretamente yo le he dejado 11 cm por cada lado, así me aseguro margen suficiente. No obstante, si alguna ya lo ha bordado y no tiene esos márgenes disponibles, que no se preocupe, inventaremos una manera de arreglarlo.
Tengo que contaros un secreto que, de todos modos, muy pronto descubrireis por vosotros mismos y es que, en el conjunto de los doce abecedarios, éste tendrá un "gemelo" en forma y tamaño y, por ser tan diferentes y especiales, yo los he reservado, dentro del ya largo listado de personas a las que recordar con cariño en este proyecto, para homenajear a mis dos hijas.
Simplemente por establecer un criterio neutro, he empezado por Ana, que es la mayor de mis dos hijas y así es el orden cronológico el que decide porque, como seguramente os pasará a todos, sería imposible establecer una prioridad en base a los afectos, porque es verdad que se quiere a cada hijo de forma diferente pero no en intensidad sino simplemente en razón de sus diferentes personalidades. En este proyecto ella es la primera en aparecer porque el destino quiso que naciera en primer lugar.
Se me hace muy difícil en general hablar (bien) de mis hijas, porque creo que hay que mantener un pudor elemental al hacer exhibición de nuestro orgullo de madres y aunque puede que a veces me exceda, me impongo una autocensura férrea al expresar mis impresiones y sentimientos. Con mayor motivo me cuesta hacerlo aquí, donde tanta gente puede leerlo y donde es tan delicado controlar lo que se dice.
Pero si tengo que escribir algo no puedo permitirme tampoco ser injusta con Ana, así que, por una vez y sin que sirva de precedente, trataré de dedicarle un relato a la altura de sus méritos porque si la perfección como hija existe, la perfección seguro que se llama Ana y es mi hija mayor.
Ni en mis mejores sueños podría yo haber esperado la suerte de que la vida me regalara una persona tan especial y muchas veces me pregunto cómo ha sido posible que, con una carga genética normalita, la naturaleza haya sido capaz de reunir cualidades tan importantes. Dotada de una inteligencia extraordinaria que le permite brillar siempre con los mejores, es sin embargo su bondad lo que la convierte en especial y la hace conservar una inocencia y una pureza de sentimientos que son muy raros en personas de su edad. La gente quiere a Ana casi antes de conocerla, porque es un ser de luz, una persona que desconoce la falsedad, el rencor, los dobleces, la mentira y el engaño, hasta el extremo de hacerme a veces preocupar porque querría que fuera menos franca, menos transparente, menos generosa y que se protegiera más frente a los peligros que tanto abundan en el mundo de hoy. Sin embargo he de reconocer que, en contra de mis temores, esa misma bondad lejos de hacerla más frágil la protege y le ayuda a mantenerse a flote en medio de cualquier naufragio, porque consigue el respeto de todos los que la conocen.
A pesar de su extraordinaria inteligencia y responsabilidad, de su incontestable y permanente esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias, la vida no ha sido igual de generosa con ella y muchas veces la ha golpeado con extrema dureza, sobre todo en su salud, pero también en su trabajo y en sus expectativas. Pero también en la adversidad es capaz de superarse y seguir luchando y cuando todos creemos que está a punto de romperse, nuevamente se levanta, se reinventa y nos da otra lección de coraje. Así que, como nunca desiste de sus empeños, va consiguiendo darle la vuelta a la adversidad y sacarle la lengua y ahora mismo ya se ve a la suerte esbozando una sonrisa a la vuelta de la esquina y preparando una recompensa tan grande como sus méritos.
Por si era poco haberla visto sufrir, también la circunstancia en que nos movemos la ha obligado, como a tantos otros, a buscarse un hueco lejos de casa e irse a vivir al lejano y frío Norte, donde ni siquiera podemos vernos y disfrutarnos como nos gustaría. "Movilidad laboral" se llama ahora y no puedo contaros, sin perder la buena educación, las jaculatorias que tantos eufemismos inútiles me provocan y el rencor que la impotencia me genera: me han quitado lo que más quiero y me han dejado sola, no me pidan que comprenda nada.
Espero que a Ana, que todo lo quiere aprender y todo lo hace perfecto, le guste este pequeño abecedario que le dedico y que me sirve para decirle cuánto la quiero, cuánto la echo de menos, cuánto deseo que todos sus deseos se cumplan, cuánto sueño con que la vida nos dé un vuelco o se produzca un milagro y podamos estar juntas algún día.
Como todos los anteriores, he bordado este modelo sobre lino Belfast blanco antiguo teñido con té negro muy ligero. Los hilosde la maca Gentle Art son los recomendados por la diseñadora aunque los he cambiado de orden en alguno de los motivos.