REMEMBER ME
Ya podeis imaginar que estos últimos días los "fastos" de mi jubilación me dejan poco tiempo para las labores y el poco que me queda me lo paso suspirando por las esquinas como consecuencia de la tremenda hemorragia de amor que me han regalado mis compañeros y alumnos. Y es que no importa cuánto me haya mentalizado y preparado para este momento, porque lo que estoy viviendo excede con creces lo que me podía esperar.
Para no meterme en obras que no podría terminar, me he dedicado a repetir hasta la saciedad un modelo precioso de Blackbird designs (lo encontrais en La Casina roja) y así aprovecho para probar distintos colores de mouliné de algodón Atalie (también los vende Nuria).
El modelo se llama "Basket of memories" y es una delicia de bordar, sobre todo con estos hilos maravillosos de tonos matizados que con poquísimo esfuerzo dan un acabado espectacular.
Para añadirles una gracia especial a estas preciosas almohadillas, he mezclado lavanda natural con la fibra del relleno y así podrán ser utilizadas para guardar en los armarios, para la costura, para colgar en una puerta, para lo que mis amigas quieran, porque el propósito fundamental es regalarles un recuerdo cariñoso.
Aunque no necesitan complementos, los he adornado con unos botones diminutos en tonos acordes con los hilos del bordado y eso les da un toque muy gracioso.
El "Micocoulier" con sus matices de verdes y morados, siempre uno de mis preferidos.
También me han encantado los colores "Eucaliptus", matizado en azules y "Absinthe", matizado en azul y verde, os los recomiendo, son preciosos.
Menos mal que no tengo que elegir, porque no sabría con cuál quedarme. La suerte es que ahora tendré tiempo para hacerme uno de cada color y así me quedaré encantada, jjjjj
Por cierto, no sabéis lo que me ha costado encontrar lavanda seca natural, porque todo lo que me ofrecían eran sucedáneos espantosos, de los que parecen oler bien de entrada y que acaban por levantar dolor de cabeza. Y es que mis lavandas, plantadas este año, todavía no están para recolectar y aún son pequeñas, así que tendré que esperar al año que viene para hacer mis acopios. Finalmente fueron unos grandes almacenes los que, inesperadamente, me sacaron del apuro cuando estaba a punto de inventarme un viaje a la Provenza con la excusa de comprar lavanda.
Las traseras las he resuelto con retalitos de algodones de patch comprados en "Lunares" y algunos recortes de puntillas que había por casa desde que hice la canastilla de mis hijas (no es broma, ese Valenciennes que se ve en la foto tiene 37 años en la caja de las puntillas).
Lo malo de estas cosas tan sencillas y a la vez con tanto encanto, es que te apetece seguir haciendo sin cansarte y por eso ya llevo cinco y estoy haciendo el sexto, a ver hasta dónde llego.
Al menos sale más barato que una terapia y hace menos daño que el lexatín, ¿o no?