QUILT PARA MINI-CUNA
Este es un verano absolutamente especial en mi familia, de los que marcan un antes y un después y dejan un recuerdo imborrable y, a poco perspicaces que sean mis lectores, con este artículo tendrán claro por qué. O casi claro, porque para los menos iluminados apuntaré que yo ya tengo 62 anchos veranos sobre los hombros y por tanto no estoy en condiciones de producir novedades de esta categoría.
Así que, como cualquier costurera que se precie, he dedicado buena parte de los últimos meses a discurrir y cultivar ese género especial de la costura al que se conoce popularmente como "canastilla". ¿Vais comprendiendo?
Esta vez enseño, por si a alguna otra en mi misma situación le pudiera ser útil, un conjunto veraniego para mini cuna, compuesto por quilt, chichonera y sabanita, todo ello realizado en un estilo informal, fresco y joven, al gusto de los felices futuros-inmediatos papás.
Ante todo, mis excusas por la baja calidad de las fotos de este reportaje, que fueron tomadas con mi teléfono móvil a falta de cámara en esta ocasión y no están todo lo claras que yo desearía.
Todo el conjunto está realizado en algodón 100% y he partido de varios charm-pack de telas Tilda de los que he ido entresacando los tonos más frescos, con predominio del rosa como podéis ver, reforzado con azules turquesa y algún toque verde. Pese a que en un principio yo tenía mis dudas acerca de este colorido, he de reconocer que una vez terminado y colocado me ha gustado muchísimo y, aunque lejos del tradicional estilo bebé pastel, resulta muy tierno y alegre sin ser estridente.
El top es una combinación muy simple de cuadrados, con un vivo blanco enmarcándolos y un borde más ancho, realizado con una de las telas más claras de la colección, blanca con rayitas turquesa. Para el bies de remate, por el contrario, he elegido una de las telas más oscuras, en turquesa intenso con estampado de flores, que me da un contraste interesante.
Para la trasera y todas las demás piezas blancas (sabanita y chichonera) he utilizado un maravilloso algodón de la marca "Viuda de Tolrá", herencia de la bisabuela paterna del bebé y que, como tantos ajuares antiguos, no había sido nunca estrenado. Y esta elección no ha sido sólo por razones prácticas o económicas, sino como una forma de rendir homenaje a la abuela, de mantener su recuerdo y de hacer que la fuerza del cariño de todos los antepasados envuelva a este nuevo bebé y le dé felicidad.
En una de las esquinas he colocado algunos cuadritos a juego con el top, para darle un poco mas de gracia pero sin romper el blanco. El acolchado, muy sencillo, lo he realizado a mano siguiendo las diagonales de los cuadritos sobre un relleno de algodón fino, puesto que el quilt va a ser usado en verano y en Madrid, que hace bastante calor.
La sabanita es simplemente blanca, con un embozo lineal hecho con los mismos cuadritos del quilt y aplicado encima.
Para la chichonera me he decidido por un estilo diferente pero usando las mismas telas que en el quilt. Como base la tela blanca, sobre la que dibujé a mano alzada una escena infantil muy simple en el bloque central, el que queda justo como cabecera. Mediante aplicaciones de las mismas telas combinadas con sencillos bordados para la hierba y las nubes, le di el toque justo de color. En los laterales dos cuadritos colocados en escalera, recuerdan la composición de la colcha y el borde superior lo he rematado con el mismo bies.
Como es natural, me ha encantado hacer estas preciosas labores que hacen rejuvenecer y que ayudan a entretener esa ilusionada espera que ya pronto llegará a su fin. Y no ha sido sin esfuerzo en este caso porque, pese a que soy bastante moderna en mis gustos, me ha costado un poco adaptarme y encontrar un estilo de ajuar infantil que estuviera más de acuerdo con los gustos de mi hija, que ya no tienen nada que ver con los míos, como es lógico, porque nos distancian treinta y tantos años de aquellos tiempos en que yo elegía la canastilla que me gustaba.
Muy pronto sabremos si al bebé le gustan mis ideas o pondrá alguna pega.