QUILT "PAPILLON"
Mi reciente viaje a Hamburgo tenía una doble misión: de un lado, visitar a mi hija y yerno, a los que veo demasiado poco y, de otro, ayudarlos a instalarse en su nueva casa colaborando en todo lo necesario para hacerla acogedora y habitable. Ya desde un tiempo antes de irme había empezado a adelantar algunas cosas necesarias y así pude llevarme confeccionadas las cortinas y estores, algunos manteles, cojines y un quilt bien calentito para abrigarse en el largo invierno del Norte-Norte.
Como tenía poco tiempo y muchas costuras por delante, decidí simplificar la confección del quilt y por eso elegí el mismo modelo que había hecho para mí que, además de ser sencillo, lo tengo muy reciente y no me ofrecía ninguna complicación adicional.
Realmente, aunque el modelo es el mismo, las telas son tan diferentes que las dos mantas terminadas casi no se parecen. En esta ocasión hemos elegido la colección "Papillon", en la que predominan los tonos pastel, grises, azules, rosas, beiges, algunos toques de rojo y que va muy bien con la decoración sencilla y muy luminosa de la casa.
Al terminar el top hice algunas fotos en mi casa para dejar constancia de que el quilt había sido hecho aquí; Antón, siempre cerca de mí, observa impasible mis movimientos.
Al llegar a Hamburgo, ya terminada, continúo con el reportaje para que la manta se vea en el que será su entorno habitual a partir de ahora, empezando por el jardín.
Y en esta ocasión es la gata de Ana, "Luna", quien vigila lo que hago. La gata, por cierto, nació cerca de mi casa (en Oviedo) y apareció un domingo en mi jardín, desorientada, desvalida, todavía bebé; Ana la vio, se encaprichó de ella y una vez hubimos comprobado que nadie del pueblo la reconocía como suya, se la quedó. Desde entonces ha viajado más que yo y hasta mereció un asiento en business class en Lufthansa porque estaba muy estresada en su viaje a Hamburgo.En cambio yo, que me estreso muchísimo en el avión, voy en turista y sin miramientos.
Igual que en mi quilt anterior, el top está hecho con un Layer-cake y un Jelly-roll de la misma colección, "Papillon" de Moda Fabrics.
La trasera, de una de las telas más oscuras de la colección, me encanta. Ya sabeis que estas fotos no suelen hacer justicia a los colores pero de verdad que es un estampado maravilloso, en tonos crema, tostado, rosa y rojo sobre un fondo beige muy oscuro, casi gris, cálido y profundo. Realmente esta tela hace completamente reversible el quilt porque esta cara es casi tan bonita como el top.
Para el relleno he utilizado en esta ocasión boata de pura lana virgen, muy suave y esponjosa y, desde luego, mucho más calentita que la de algodón. El acolchado, a mano, es muy sencillo, sigue los contornos de los triángulos y marca una cruz en los tacos cuadrados. Pese a que aún soy bastante inexperta en el acolchado, me ha encantado trabajar con la lana que es absolutamente deliciosa de acolchar.
Creo que el diseño del acolchado se ve un poco mejor por la cara trasera y así se aprecia también el estampado de la tela.
La misma trasera me ha servido para rematar, doblada hacia arriba y cosida a mano. Le he hecho un acolchado lineal junto a la costura para evitar que el relleno se escape en el lavado.
Las telas finas y suaves y el relleno esponjoso y dulce dan como resultado un quilt ligero, blandito, amable, que apetece achuchar e invita a envolverse en él.
Espero que abrigue muchos sueños hermosos durante muchos, muchos años. Por de pronto, la gata ha tomado posesión y no hay forma de echarla de encima, supongo que por el calorcito y por la textura delicadísima de las telas.
Por mi parte, he disfrutado mucho haciéndola, pese a que tuvo que ser contra reloj por el poco tiempo disponible. Una delicia de principio a fin.