POINTS CROISSÉS
Hace algún tiempo me compré el segundo libro de Marie Suarez dedicado al bordado tradicional, en este caso publicado bajo el subtítulo "Les travaux d'écolières" y que viene a completar los ejercicios de práctica del bordado ya iniciados con el primero, el ya famoso "Mon cahier de broderie" (À la découverte de la broderie traditionnelle), al que he dedicado el SAL que se encuentra actualmente en su segunda edición con el mismo éxito que la primera.
Cuando este segundo volumen llegó a mis manos era inevitable pensar en la posibilidad de usarlo para un nuevo SAL pero, teniendo en cuenta la cantidad de gente que aún esperaba para poder hacer el primero, decidí esperar y mientras tanto madurar mis ideas por si en un futuro decido embarcarme en otra aventura semejante.
No obstante, los dechados de escolar que se presentan en este segundo libro me gustaban tanto, que no pude resistir la tentación de intentar alguno, eligiendo para ello este modelo de muestrario de puntos cruzados, "Les points croissés", que me pareció asequible a mis posibilidades.
Casualmente, acababa de hacer un pedido a La Casina Roja que, entre otras cosas, incluía un corte de lino Belfast en un nuevo color, el "Rose Antique" y andaba dando vueltas en busca de un motivo para bordar sobre esta tela con hilo blanco; por eso, en cuanto elegí el modelo de "Points croissés", pensé que se prestaba perfectamente para ser bordado en blanco y así lo he hecho.
La versión del libro, en tonos granate y tostados, también me gusta muchísimo, pero esta interpretación blanca me resulta encantadora, tan limpia y delicada. Bien es verdad que, increíblemente, los fallos en los puntos se ven aún más en la versión blanca, pero aún así me apeteció arriesgarme.
Ahora pienso que me precipité y, por querer empezar muy deprisa no me tomé tiempo suficiente para reflexionar, así que lo bordé con mouliné DMC en color blanco; pero si volviera a bordarlo otra vez, lo haría con hilo de seda "Belle soie", porque estoy segura de que quedaría aún más bonito.
Pese a que no soy muy fan del color rosa, me gusta mucho el tono conseguido en este lino, sobrio y elegante, un color como envejecido y también la refinada combinación con el hilo blanco; creo que es una idea a desarrollar para otras labores y seguramente lo tendré en cuenta, porque le veo muchísimas aplicaciones.
Para completar la composición he añadido unos botoncitos de nácar y pequeños trozos de puntillas que encontré en mis cajones, todo ello refuerza el valor del blanco y subraya el estilo del bordado tradicional.
Para el acabado he optado por un formato sencillo en el que el bordado, montado sobre cartón y con un relleno de guata que le da bastante relieve, descansa sobre otro cartón forrado con lino blanco. Para rematar el contorno del bordado y componer un lacito para colgarlo, he puesto un cordoncillo de cola de ratón de raso blanco, pegado con adhesivo en caliente.
En el revés del cartón he ocultado los remates con una tela de algodón entre cuyos tonos se cuentan el rosa y el blanco, así parece más coordinado.
En esta imagen se observa mejor el relieve que le he dado al bordado, aunque realmente quedaba también estupendo colocado en plano, pero me apetecía experimentar. Para conseguir ese efecto, coloqué una capa de guata de acolchar inmediatamente debajo de la tela y entre esta guata y el cartón, hacia la parte central, metí una nube de fibra de relleno.
Al tensar fuertemente la tela rosa, se comprime el relleno y se consigue una forma redondeada perfecta sin apenas esfuerzo.
Lo bueno de este formato es que, si en algún momento se desea protegerlo, es muy fácil enmarcar tal como está montado. Basta con elegir un marco que tenga un poquito de caja y colocar el panel en el fondo para que el bordado quede un poquito separado del cristal.
Me ha encantado hacer este modelo y tengo muchas, muchas ganas de empezar otro del mismo libro. Seguro que muchas os habéis fijado en él también, es un muestrario de puntos que me trae por la calle de la amargura y ando dándole vueltas para ver qué materiales utilizar y dónde buscar algún rato para ir bordándolo sin que se me quede aparcado en un rincón.
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Un verdadero placer de bordar y un bonito panel para decorar un rincón del dormitorio o para regalar a una amiga especial. Como siempre, los diseños de Marie, románticos y llenos de refinamiento, son un regalo para cualquier bordadora.
El libro, el lino rosa y los botones de nácar han sido adquiridos en "La Casina Roja"
Los hilos y las puntillas son de mis reservas.