PEACE TREE
En las últimas semanas he vuelto a disfrutar del punto de cruz, que tanto me relaja y me distrae y, aparte de poner al día proyectos atrasados y otros que esperaban su momento, han empezado a aparecer los inevitables modelos navideños y no he podido resistirme, aunque os confieso que luego, una vez hechos, nunca tengo muy claro cómo usarlos en la decoración navideña de la casa, ni qué hacer con ellos el resto del año. También es verdad que casi todas las que hacemos punto de cruz lo hacemos porque nos encanta esa preciosa tarea de ir pintando con la aguja, contar hilos y crucecitas, sin tener muy en cuenta el destino final del trabajo terminado.
En este caso, poco importa si lo voy a usar o no, porque este maravilloso y sencillísimo modelo de LHN fue un flechazo desde la primera vez que lo vi; fue mi amiga Rosa quien me habló de él antes de que apareciera en las tiendas y lo busqué inmediatamente en la página de la firma americana. Realmente, esa limpieza de diseño, la delicadeza de la seda, el botoncito de adorno, forman un conjunto irresistible. Muy pocos días después, el modelo en semikit hizo su entrada en La Casina Roja y ya me faltó tiempo para encargarlo, aunque aún me faltaba alguna que otra satisfacción asociada a este precioso diseño, porque Nuria (que parece haberse especializado en vender todas las maravillas que me gustan), tuvo el increible detalle de regalarme el kit, con lo cual la felicidad ya fue completa.
Así que, en cuanto llegó a mis manos, me puse inmediatamente a bordarlo y hasta me he atrevido a enmarcarlo yo misma, porque cuando lo acabé no podía esperar para verlo colgado.
Un precioso sampler presentado como un abeto navideño, para bordar únicamente en blanco y con un delicioso pajarito también blanco que se posa delicadamente en la rama más alta, seguramente para ver llegar las primeras nieves que están a punto de llegar.
El semi-kit incluía el botón del pajarito y la seda blanca "Belle Soie" para bordarlo; yo he elegido como soporte un lino rústico de Weeks Dye Works teñido a mano, en color "Tin Roof", porque ese contraste entre la delicadeza de la seda y la aspereza e irregularidad de la tela me resultaba irresistible.
"Peace", la paz, ésa que no solo entendemos como ausencia de guerra, sino en sentido mucho más amplio y generoso, discretamente envuelta en este sencillísimo pero maravilloso árbol de navidad, árbol de paz, rodeada de un alfabeto clásico y acompañada por la filigrana de las estrellas de hielo, en una escena que impacta por su pureza y sencillez cargada de simbolismo.
Como podéis imaginar, este es un proyecto para bordar del tirón, sola y en silencio junto a una ventana,con un café calentito al lado y nada que perturbe la sensación que produce la seda cuando se desliza de esa manera sublime entre las fibras del tejido. A aquellas que aún no hayáis bordado con seda os aseguro que no debéis dejar de probar, al menos una vez, porque es algo especial.
En cuanto lo terminé, me faltó tiempo para probar a ponerle un marco; casualmente, en mi casa siempre se encuentran las cosas más insospechadas (por eso resulta tan difícil poner orden) y cuando buscas algo relacionado con el bricolaje, acaba apareciendo como si tuvieras una varita mágica. Lógicamente, en algún momento hace mucho tiempo, yo había previsto que necesitaría poner marco a algo porque me encontré no uno, sino ¡cuatro!, marcos de esos de la marca sueca que todos conocemos y, lo que son las cosas de la vida, éste encajaba bastante bien con las dimensiones del bordado.
Sinceramente, el color y el estilo del marco no están mal, aunque os confieso que para mi gusto queda un poco justo de márgenes y un pelín excesivo de ancho pero, como es perfectamente desmontable y además le he dejado bastante sobrante a la tela por detrás, nada impide que en cualquier momento se lo quite y lo vuelva a hacer si encuentro otro que me guste más.
Por el momento, está protegido dentro de su cristal y listo para exponer. Tratándose de mí, lo más probable es que...quién sabe, si lo dejaré así o me dará el arrebato de cambiarlo. En cualquier caso, nada hace que deje de parecerme precioso.
Gracias, Nuria, una vez más.