MON SAC À COUTURE

Desde que tengo memoria (y de eso hace muuuuuuuchos años), no recuerdo haberme aburrido nunca. Acostumbrada desde muy pequeña a tener múltiples ocupaciones y responsabilidades, he desarrollado un hábito de llenar 20 horas al día de tareas y ese hábito, por lo visto, no distingue entre tiempo de ocio y tiempo de obligación porque ahora, ya jubilada, consigo llegar a estresarme pensando en la lista de labores pendientes de hacer que me esperan en las múltiples bolsas, cajas, neceseres, etc, en los que voy colocando cada gráfico con su tela y sus hilos a la espera del turno correspondiente.  Hasta tal punto que, a veces, me despierto de madrugada y me debato un rato entre dar una vuelta y seguir durmiendo o levantarme sigilosamente y ponerme a coser para "adelantar trabajo"; y entonces pienso en la inmensa suerte de disponer del tiempo como quiero (sé que podré dormir siesta si me apetece) y casi siempre me decido por lo segundo porque disfruto muchísimo de esas horas de oscuridad y silencio en las que solo veo hilos, colores, cruces,... y nada me distrae de esa afición que ya casi puedo considerar un vicio.

Por otra parte, desde que Nuria (La casina Roja) abrió la tienda online, las escasas posibilidades de aburrimiento que me quedaban se agotaron en el acto. Y es que no pasa una semana (qué digo una semana, no pasa un día) sin que aparezca en su página alguna novedad que viene a sumarse a la larguísima lista de antojos que quiero hacer y como la tengo tan cerca y me da tantas facilidades, pues qué os voy a contar...., estoy atrapada.

Esta semana me compré los nuevos kits de patchwork diseñados por Marie Suarez   y ayer no pude evitar empezar compulsivamente uno de ellos.

Se trata de "Mon sac à couture", una deliciosa bolsa para la labor, sencilla y muy divertida de hacer,  llena de todos los pequeños detalles que le gustan a Marie y que me parece, además, que va a ser muy útil para tener las cosas siempre a mano, sea el patch, el punto, el ganchillo,...

El modelo, con gran profusión de gráficos y explicaciones, viene acompañado además por las telas necesarias para hacer la bolsita, con lo cual ya no hace falta andar discurriendo y calculando, porque todo está calculado por la prodigiosa cabeza de Marie, que piensa hasta en los más mínimos detalles.

Hacía ya algún tiempo que no cosía nada de patchwork, así que me he divertido un rato con todos los apliques y pequeños bordados que llenan las paredes del bolso por todas partes (una hemorragia de cachivaches, jajajajaja) y que me han servido para practicar técnicas de aplicado que no había hecho nunca.

Para el acolchado, Marie deja libertad de elegir, pero como yo no conozco ningún acolchado, jjjjjj, he copiado el que aparece en las fotos del modelo y lo hice a mano, aunque lo hago a mi manera, es decir, seguramente mal.

Es la primera vez en mi vida que hago los yo-yós, así que no me culpo de su aspecto un tanto achuchurrío; menos mal que los monísimos botones de nácar los tapan un poco.

El colorido de las telas y los bordados es muy característico de las creaciones de Marie,  pequeños toques de rosa oscuro y verde pálido sobre fondo crudo, colores lisos o estampados diminutos, de forma que pese a la gran abundancia de adornos, el conjunto queda armónico y delicado. (Las telas que se ven dentro son solo de atrezzo, no pertenecen al modelo)

A ambos lados lleva unos graciosos bolsitos que cuelgan del borde y que sirven para las agujas, las tijeras, el móvil, etc. También le dan un toque muy simpático las cantoneras que lleva en las esquinas de la base y de paso refuerzan mucho la estructura, de manera que la bolsa se sostiene muy bien de pie.

De momento la voy a usar para el punto, que tengo alguna cosa por ahí empezada y ando con la típica bolsa de plástico que es un asco, así que me vendrá bien el glamouroso cambio.

Creo que también es un modelo muy apropiado para regalar, por su tamaño y sobre todo por su originalidad.