MI DIARIO DE LAS ROSAS

Hace unos días recibí un regalo maravilloso e inesperado que me hizo muchísima ilusión por venir de mi querida Rosa, que además de amiga especial es una experta en el arte de regalar siempre lo más apropiado a cada persona y en cada momento.

En esta ocasión se trata de un bordado delicadísimo y precioso que ella eligió para un fin muy especial, ser la cubierta de un diario de las rosas del jardín, ya que este año ambas pusimos por primera vez unos cuantos rosales ingleses y estamos tan ilusionadas con sus progresos que no vamos a tener más remedio que ir registrando todo lo que va ocurriendo día a día.

Así que, en cuanto lo recibí, me dispuse a buscar el cuaderno apropiado para el tamaño de la tela y hoy por fin he podido encuadernarlo; ahora ya puedo enseñar mi precioso diario que no sé si me atreveré a usar porque da pena que se vaya a estropear.

El bordado elegido reproduce los escaramujos de distintas variedades de rosas  acompañados de sus nombres botánicos.

Rosa lo ha bordado sobre lino Belfast en color Country Mocha con hilos DMC y reproduce un modelo de la diseñadora japonesa Kazuko Aoki, creadora de exquisita sensibilidad.

El cuaderno era un TeNeues de hojas color marfil con un rayado muy suave a una cara y liso en la otra, perfecto para notas cortas y bien estructuradas. Será mi primer cuaderno de campo y estoy segura de que lo llenaré de experiencias, de reflexiones y de recuerdos, dejando escrita la historia de mis "David Austin" hasta donde lleguemos juntos.

R. Rugosa y R. Moyesii, dos variedades que además tengo en el jardín.

El proceso de encuadernación fue muy sencillo, un poco a la brava, como hago yo muchas cosas. Primero despegué las tapas originales y quité las guardas interiores. Luego forré las tapas con la tela, colocando debajo de ella una lámina de fina guata. Preparé unas guardas nuevas con papel Ingres y las pegué en la parte interior de las tapas y en la primera página. Un poco de peso durante unas horas y ya está, no se nota nada la intervención salvo que está mucho más bonito.

Una joya que me obligará a escribir y a observar, dos actividades que le vendrán muy bien a mi maltrecha salud intelectual.