MANTELITOS
Empecé el SAL de Didi para aprender técnicas básicas de patchwork a máquina con mucha ilusión y me desinflé muy rápido, porque compré unas telas cualesquiera sin muchos remilgos, ya que eran solo para practicar pero, ¡oh, error!, pronto comprendí que tendría que trabajar con ellas mucho tiempo y que son tan feas que no me motivan lo más mínimo, así que cada vez que tengo que ponerme a coserlas me dan los siete males (ya sé que estais pensando "qué paranoica", y en verdad lo asumo, yo nunca dije que fuera normal).
Pese a todo, este fin de semana me puse dos o tres tareas obligatorias para evitar la acumulación de trabajos inacabados que después pesan en el subconsciente como una losa y no te dejan disfrutar de otras labores más apetitosas y una de ellas fue rematar los mantelitos individuales que llevan dos meses esperando. Aquí teneis los cuatro que quedaron un poco menos "desgraciados".
La pobre Didi trabaja muchísimo y prepara unos tutoriales que merecen el Oscar de las labores pero luego llego yo y hago como con los electrodomésticos, que siempre los pongo a funcionar sin mirar el libro de instrucciones y claro, que si hay que estirar la tela no sé cómo, que si planchar, que si prender con imperdibles, etc, etc., todo ello para conseguir un acabado impecable y lisito, como ella pone en sus imágenes. Claro que yo todo eso lo leí cuando los pliegues ya no tenían remedio
He leído en elgunos blogs de compañeras de fatigas que les habían quedado "pellizcos", pero eso es que han hecho las fotos con macro y en las zonas equivocadas; a mí no me quedan pellizcos, hay algunos que parecen vestidos de volantes, pero esos no los saco en las fotos y mucho menos en primer plano, a ver cómo te quedas luego.
De todos modos, como en mi casa mando yo, ahora ya están acabados y encontré que para la bandeja de servir en el jardín, que luego anda por allí tirada todo el día, van a hacer un servicio estupendo y el que no se consuela es porque no quiere, como dice el refrán.
No obstante, me ha encantado aprender esta técnica y seguramente me animaré a hacer otras cosas con telas más guapas y alegres. Para entonces prometo utilizar mi experiencia en el desastre y seguir las instrucciones al pie de la letra a fin de conseguir un acabado algo más aceptable.