MAEVA
Desde que regresé al mundo de las labores he ido conociendo nuevos diseñadores, telas, hilos y materiales que hubieran sido impensables hace años, en mi anterior etapa costurera. Y me he ido haciendo adicta a algunos de ellos, como es el caso de "Atalie", la marca de la francesa Martine Viard Ligier, cuyos diseños, pequeños, delicados, románticos, siempre me resultan apetecibles y de vez en cuando me permito hacer alguno, lo que me produce la sensación de tomar un dulce exquisito.
Ahora, además, los modelos de Atalie, igual que sus preciosos hilos de seda y algodón teñidos a mano, se encuentran en "La Casina Roja", con lo que ya no puedo resistirme de ninguna manera.
En esta ocasión he terminado una nueva carterita (sí, sí, otra más, qué le vamos a hacer), que ella ha denominado "Maèva" y que lleva a juego un cojincillo para las tijeras y otro para los alfileres.
Bordado en diferentes puntos muy sencillos, el efecto de preciosa delicadeza se consigue también por la combinación de colores utilizada, materia que Atalie maneja muy bien.
Yo no conocía el "punto de araña", al que Martine recurre continuamente y que, además de ser sencillísimo de hacer, tiene un efecto final precioso, especialmente indicado para representar las rosas.
Naturalmente, el punto de cruz también viene a combinarse con los otros puntos debidamente dosificado y en diferentes tamaños.
Es una medicina para el espíritu bordar estas cosas tan delicadas, que con poco esfuerzo proporcionan relax y disfrute estético. Creo que se pueden hacer solo por el placer de mirarlas, aunque llegado el caso pueden convertirse en un regalo precioso.
La carterita, de estructura muy sencilla, lleva dos bolsillos interiores también adornados con pequeños bordados a juego.
La rigidez se ha conseguido rellenando las tapas con una lámina de entretela gruesa especial que además se puede lavar sin deformarse.
He rematado los bordes de todo el conjunto con dos cordones de seda retorcidos en tonos que recuerdan los del bordado. Primero probé a poner uno solo de los cordones pero, aunque cada uno de ellos por separado combinaban bien con los hilos, al verlos juntos la coordinación era mucho más exacta y además tiene un poco más de cuerpo. Yo creo que ha quedado muy bonito así.
Ahora ya me entran ganas de empezar otro modelo de Atalie pero tengo que contenerme porque la lista de labores empezadas es demasiado larga incluso para una jubilada, (sobre todo teniendo en cuenta que a veces se me caen los árboles y no me dejan tiempo para coser, jjjjjj). Pero no tardaré mucho, seguro.