LOS DEBERES

Hoy me desperté temprano y con un montón de proyectos y tareas pendientes dando vueltas por mi cabeza que no me dejaron intentar una cabezadita extra; así que, a las 7 me levanté. Pensaba seguir con la limpieza del jardín que había empezado ayer pero en cuanto amaneció comprobé que no lo iba a tener fácil porque llovía alegremente hasta que, a eso de las 9, se puso a nevar. Ante este panorama, no me quedó otra que darme a la cocina y a las labores. ¿Veis por qué en este clima es importante tener hobbies caseros?

Así las cosas, me dediqué a coser los puñeteros cuadritos para quitarme  al menos una preocupación; me pasa siempre con las tareas que son nuevas, me provoca ansiedad pensar si seré capaz de hacerlas o si tendré que desistir y, por otra parte, también me pasa con las que son tediosas, que prefiero acabarlas cuanto antes.

Bueno, no creáis que la mesa de trabajo estaba de esta guisa, esto es atrezzo para la foto; en realidad, incluso yo puedo ser un poco más ordenada. Lógicamente, primero cosí, luego corté, luego separé triangulitos, etc.

Ahora, con los deberes de patchwork hechos, me paso a la cocina, que hoy también elegí un menú que lleva tiempo (manitas de cerdo en salsa) y aún tengo que improvisar un postre. La tarde se va a repartir entre el punto de cruz, ayudar a mi sobrina con las Matemáticas y la Tecnología, el gorrito del bebé de Tamara, algún otro secretillo que traigo entre manos, la plancha y preparar mis clases de mañana.

¡Qué gozada ser mujer y disfrutar los fines de semana relajada y descansando!

Esta foto se la dedico a Didi, para que vea que sus precisas explicaciones lo hacen todo muy fácil y que cuando ordene la siguiente fase solo tendré que mirar al cestito y volver a empezar.

Feliz domingo, hagáis lo que hagáis.