LA PROVENZA

Creo yo que, junto con la Toscana, Provenza es una de las regiones más conocidas, soñadas, deseadas y visitadas del planeta. Y no es para menos, porque muchos de los lugares de esa extraordinaria región francesa, pertenecen al mundo de los sueños de una inmensa cantidad de personas y por razones tan variadas que abarcan todos los gustos, desde la historia hasta el cine, pasando por la naturaleza espectacular, el arte y la gastronomía. Lugares de ensueño que atrajeron desde la prehistoria a conquistadores, artistas, bohemios, aventureros,  millonarios y soñadores y que me esperan a mí en cuanto consiga ahorrar lo suficiente para irme a pasear por los lugares  donde los más grandes pintores  se llenaron los ojos y los pinceles de sol y de color.

Mientras tanto, especializada como estoy en inventarme historias que me permitan soñar, me conformo con los preciosos regalos que los Currus  (unos que tienen más perras que yo) me han traído de sus recientes vacaciones en la Provenza y que me han hecho muchísima ilusión, sobre todo, porque han sido escogidos pensando en todo lo que me gusta.

Tela preciosa para un mantel veraniego y campestre, calissons de Aix, nougats, jabones de Marsella, sardinas en conserva, libros sobre la Provenza, un vino delicioso y, cómo no, kilos de lavanda seca con la que llenaré muchas bolsitas para perfumar armarios.

¿Quién diría que las sardinas tenían tanto glamour? pues es que las sardinas están buenísimas pero lo mejor son las latas vintage, que pienso guardar para hacer una manualidad que pronto os enseñaré.

Los calissons y los nougats, deliciosos dulces muy mediterráneos y ese algodón color de sol lleno de lavandas, dibujadas y reales

Châteauneuf-du-Pape, uno de los vinos emblemáticos de la región, que me tomaré en una comida tranquila y compartida con gente querida, que es como mejor saben los vinos.

Siempre me ha encantado comprar jabones especiales, artesanos, hechos con ingredientes naturales y claro, en Provenza es obligado comprar los famosos jabones de Marsella, ideales para cuidar la piel y también la ropa delicada, además de perfumar los armarios.

"Un año en Provenza", de Peter Mayle, la divertidísima historia de adaptación y descubrimiento que el autor vivió cuando se fue a vivir a la Provenza.

La lavanda seca, uno de los productos estrella de la Provenza, (aunque estos pequeños ramilletes son de mi propia cosecha), un ambientador natural que además tiene poder  insecticida y antiséptico y que desde siempre ha perfumado las casas y los armarios.

Unos regalos que saben a sol y verano, dos cosas que en Oviedo no se han visto este año y será difícil que se vean  en un plazo corto.