LA NURSERY

Ayer fue un día infernal en Oviedo, ya que no paró de llover a cántaros un solo instante. En esas  condiciones, lo que tocaba teniendo fiesta (sí, los profes hemos hecho puente, jeje) era estar bien abrigada detrás de los cristales y bordar, o tejer, o cocinar,...que de todo un poco hice.

Hoy parece que el día está un poco más amable, al menos no llueve y salí a inspeccionar el efecto de tanta agua sobre el jardín, que seguro lo agradeció después de la prolongada sequía de este fin de verano.

He pasado inspección a la "nursery", porque este año he preparado esquejes de muchas plantas que me han gustado y quiero volver a tener el año que viene.

Me he encontrado con que están todos espléndidos y he tenido que trasladar a maceta todos los que quedaban en las cajas de germinación porque ya se habían hecho bastante grandes.

Aquí tenéis los solanos, enredados unos en otros y alguno ya con flor; espero conseguir unos cuantos porque tengo pendientes varios destinos para ellos.

También están preciosas las hortensias, fuertes y sanas, ya con brotes nuevos . Ésta es la macrophylla de color morado oscuro, una variedad extraordinariamente vigorosa y grande que se adapta tan bien a este clima.

En el caso de los geranios, este año he emprendido la cruzada de conseguir reproducir los colores que prefiero y que este año, por ejemplo, no encontré en el vivero. Este es el color rosa violáceo que tanto me gusta ( y también a Sayín) y del que ya hay unos cuantos esquejes en las condiciones que veis.

Las fucsias no pueden faltar, sobre todo desde que descubrí que son mucho más resistentes y vigorosas las cultivadas en casa a partir de esqueje que las compradas en el vivero. Así que ya tengo más de dos docenas obtenidas así y que se ponen espectaculares todos los años.

Están tomando cuerpo y creciendo muy sanos los esquejes de rosal que por primera vez me decidí a reproducir. Se trata de un ejemplar de rosa paisajística muy frondosa y vigorosa, que florece repetidas veces desde mayo hasta noviembre y que nunca se pone enferma, además de tener unas rosas de color porcelana bellísimas. Lástima que no huele. Por lo demás, es perfecta.

Éstas son unas enredaderas que no tengo ni idea de cómo se llaman; las vi en Francia este verano, en jardineras colgantes mezcladas con geranios y surfinias y el contraste que estos dos colores aportaban a los de las flores me tenía embobada. Así que el último día antes de venir salí clandestinamente por la noche y arranqué unas ramitas para hacer esquejes. Todos los trozos que planté arraigaron y están tal como podéis ver, creciendo a lo loco.

También están hermosas las bergenias, éstas las puse directamente en plena tierra y han prendido todas. Pese a que son tan comunes, nunca las había conseguido en el vivero y por eso este año me decidí a buscarlas por los pueblos de aquí cerca. Conseguí robar unos cuantos tallos y ¡voilà!

Ahora me falta sólo discurrir cómo hacer para que tantos tesoros que he ido consiguiendo pasen el largo y duro invierno sin sufrimientos y, lo que es más importante, sin bajas.

Y, por último, la recolección diaria de tomatitos "cereza" y "uva" que, como los planté muy tarde, todavía están produciendo sin parar y todos los días me dan para una ensalada rica, rica.

Una mañana muy entretenida, como véis. Ahora, cambio de actividad. A ver qué se me ocurre para el resto del día.