I AM SEWING
Después de casi un mes he vuelto a casa y el otoño ya había tomado posesión del jardín en un abandono melancólico que tendré que ir sacudiendo poco a poco con la tijera de podar y alguna otra herramienta de limpieza y prepararlo para el largo tiempo del descanso hasta la próxima primavera. En esa languidez que todo lo invade destacan algunas notas de color, como los escaramujos de los rosales y los preciosos racimos de madroños que me gustan más como adorno que como golosina comestible aunque este año están deliciosos y me he enterado que estos frutales rústicos y primitivos, que forman parte del escudo de Madrid, eran abundantísimos en los bosques asturianos antiguamente como atestiguan algunos textos de la época de la invasión romana. Así que algún lazo invisible del destino habrá querido que Violeta, que es madrileña de nacimiento y de residencia, tenga como emblema un arbolito que era también característico de la tierra de sus antepasados.
En fin, demasiado tiempo después estoy de vuelta a mis cosas y a mi blog y aún con una especie de "jet-lag" postraumático intento tomar otra vez posesión de mis rutinas, de mis hábitos, de mis cosas pequeñas, del mundo donde me muevo en paz y donde domino unos pocos resortes que me permiten sobrevivir sin sobresaltos, que es ya mi máxima aspiración y os aseguro que no es poco porque, en momentos como los que acabo de pasar, con el estrés producido por el desajuste del blog y además estando fuera de mi casa, he sido más consciente que nunca de las fragilidades que ya me aquejan y que no eran antes habituales en mí. Es duro ver cómo la edad te va restando facultades antes de quitarte la capacidad de darte cuenta de que las pierdes y eso me hace sufrir aún más que los problemas que, en sí no han sido ni siquiera la mitad de importantes que los que he tenido en otras épocas y que iba resolviendo, si no con acierto, al menos con coraje.
Pero esta vez me he venido abajo, la sola idea de perder mi blog me hundió en una tristeza que no me dejaba pensar con claridad, la impotencia de no encontrar respuestas me desarmaba la moral y la preocupación por lo que tendría que hacer a continuación consumía todas mis energías. Estaba con mi nieta Violeta y ni siquiera disfrutaba del todo de esa suerte porque tenía la mente en otro sitio y mira que la criatura tiene gracia para levantarle la moral a una piedra y vitalidad para contagiar a medio mundo (decidme si no va uno a morir de amor en momentos como este que vivimos este verano mientras jugaba con el sombrero de la abuela).
Por suerte, pierdo mis facultades pero conservo las de mis amigos y en esta ocasión ha sido providencial la ayuda de mi querida Nuria (La Casina Roja) que hizo suyo mi problema desde el primer momento y que, después de muchos días de pelea consiguió que a ella sí la escucharan y que los responsables de la plataforma se hicieran cargo de su error y rectificaran, devolviéndome el blog y la tranquilidad; son de esas cosas que no puedes pagar, solo agradecer eternamente y eso tendré que hacer con Nuria, ya veremos si lo consigo.
Mientras tanto me esmero en hacer limpieza general en el cuarto de costura, a ver si recuerdo dónde estaba cada cosa y al colocar los cajones de gráficos me he encontrado varios modelos que había comprado hace años y que ni siquiera recordaba, pequeños diseños que entonces eran lo único a lo que me atrevía y que fueron quedando sepultados debajo de docenas de otros que fueron llegando después y que van imponiendo su novedad, porque siempre apetece más lo último que llega, qué le voy a hacer.
Así que, para volver a tomar el pulso a los bordados y quitarme el mono de publicar algo nuevo, me lancé de inmediato a hacer esta pequeña labor consistente en un alfiletero y un cojincillo para las tijeras, diseño de The Drawn Thread, que es una monada y que se tarda poquísimo en hacer.
Me encanta además la frase que recorre el alfiletero, porque refleja exactamente lo que me ocurre a mí y seguro que también a muchas de vosotras: "The days pass quickly when I am sewing" (Los días pasan rápido cuando estoy bordando"). Pasan rápido y pasan dulcemente, porque esta afición tiene un efecto sedante y terapéutico, te absorbe y te aleja de las preocupaciones, dejando la mente libre para soñar o para pensar con serenidad mientras mantiene el cuerpo relajado y descansado. Quizá si no lo habéis probado deberíais hacerlo, os aseguro que no exagero nada. Yo antes hacía sudokus, problemas de lógica, pasatiempos de ese tipo que ahora solo reservo para los viajes en avión, pero nada es tan estimulante como hacer estas preciosidades y luego poder verlas, disfrutarlas, regalarlas, colgarlas en el pomo de una puerta o guardarlas en un cajón.
Este modelo, además de rapidísimo de bordar, es de una belleza y delicadeza increíbles y, como en todos los diseños de esta casa, el gráfico de puntos se acompaña de unas instrucciones de montaje y costura que son una auténtica maravilla. Creo sin lugar a dudas que esta diseñadora es de las que más esmero y profesionalidad ponen en la preparación de sus instrucciones; cada detalle del trabajo, por insignificante que sea, está siempre perfectamente descrito, de palabra y gráficamente, de modo que cualquier persona inexperta podría realizarlo sin problemas. Y por encima de todo, siempre son elegantes y refinados, originales, diferentes, llenos de detalles, yo no puedo evitar comprar todos los que Nuria pone a la venta, aunque eso suponga tener el cajón exclusivo Drawn Thread lleno de modelos en espera, algunos maravillosos que tarde o temprano sé que voy a hacer.
En esta ocasión he utilizado la tela recomendada por la diseñadora, lino Belfast de Zweigart, en el color "Smokey pearl", un precioso azul grisáceo que me encanta y que apenas había usado hasta ahora. En cuanto a los hilos, esta diseñadora trabaja casi siempre con sedas americanas que no tengo, así que lo he bordado también con hilos de seda pero de las marcas que habitualmente encuentro aquí.
Ambas piezas están enteramente realizadas en lino y bordadas por ambas caras y combinan punto de cruz con pespunte y punto de margarita, todos ellos puntos muy básicos pero de gran efecto decorativo cuando se combinan bien, como es el caso.
Me encanta cómo ha resuelto la trasera del alfiletero, partiendo de un cuadrado delineado a pespunte que se dobla con los cuatro picos al centro y usando el pespunte como apoyo para realizar las costuras de unión. El remate de los dos botones que unen el centro pone un toque muy gracioso y cierra perfectamente ese cruce de líneas.
El cojincillo de las tijeras, de forma octogonal, es una delicia diminuta, también va rematado con pespunte en todo el borde y cuelga de una cinta de seda rematada con un lacito.
Sigo rescatando cosas pequeñas para darme el gusto de ver labores terminadas en poco tiempo, pero ahora hay que acometer ya los modelos navideños (¡Y no veáis las cosas que están llegando a La Casina Roja!) y por supuesto, recuperar el ritmo con los SAL que tengo en marcha, el "Mon cahier de broderie", ya en la recta final y el "Abecedarian series", que se ha quedado un poquito parado a falta de que las diseñadoras saquen al mercado el último abecedario de la colección. Espero que muy pronto podamos bordarlo y luego resarcirnos de tanto tiempo de inactividad abordando el montaje de la manta que va a ser una joya, os lo aseguro.
Feliz de reencontraros, os deseo un maravilloso fin de semana.