HORTENSIA
A medio camino entre el juguete y la lección de bordado y costura, este precioso vestidito es un placer para la vista y un recreo hacerlo, por eso me enamoró en cuanto lo vi en la tienda de Nuria (La Casina Roja).
Siempre me han gustado las muñecas y cuando lo vi terminado enseguida recordé aquellos famosos "Barriguitas" de los años 80, que tanto le gustaron a Pauli y que constituyeron un mundo en miniatura con el que jugó muchísimas horas, en las que tan pronto hacían el papel de lectores de su biblioteca como de pacientes de su consulta de dentista o alumnos/as de su aula imaginaria.
Rememorando aquellos años, rescaté los Barriguitas que quedan en casa (aún conservamos una gran caja con unas cuantas muñecas de cuando eran pequeñas) y me entretuve probándoles el vestidito que por poco no les cabe y mientras tanto le daba vueltas a la cabeza discurriendo cómo darle utilidad al modelito.
Se trata de un diseño de Atalie llamado "Hortensia, el vestido de los domingos"; el bordado, muy sencillo, consta de punto de cruz , rosas a punto de araña y hojitas en punto margarita, todo ello realizado con hilos de seda de la misma firma sobre lino Edinburgh de Zweigart en color blanco. En la cintura lleva una lazada hecha con cintas de seda también de Atalie.
Quizá por asociación con las épocas en que hacía ropa para mis niñas y en las que siempre que hacía un vestido tenía que hacer una chaquetita a juego, también esta vez me apeteció tejerle este sencillo complemento, que realicé con un resto de lana rosa que encontré por la casa.
Descartada la posibilidad de vestir a los Barriguitas y también a algunas pequeñas muñecas antiguas que tengo por ahí, dejé pasar un tiempo hasta decidir un uso adecuado para una labor tan peculiar.
Tras algunas posibilidades que enseguida descarté, recordé los marcos-caja de Ikea y decidí crear una pequeña escena infantil dentro de uno de ellos. Para ello busqué pequeños objetos relacionados con ese propósito pero,salvo las "mariquitas", que es como llamamos en Asturias a las muñecas recortables, no encontré mucho más. Eso sí, conservamos unas cuantas y algunas, como la elegida, forman parte de una colección antigua que yo les había regalado a mis hijas cuando ya eran lo bastante mayores para apreciarlas.
La idea era incluir alguno de los vestiditos de papel pero el marco es pequeño para tantas cosas, así que finalmente me quedé con la muñeca, un resto de puntilla, unos botones de nácar de distintas formas y otro de madera en forma de caballito balancín, junto con el vestido y la chaqueta protagonistas de la escena.
Una tela de vichy, ¡en cuadritos rosas, cómo no!, cubre la tablilla de fondo y ayuda a crear el ambiente limpio y fresco de una habitación infantil.
Posados en el fondo del marco unos zapatitos de barriguitas que no me encantan pero ya buscaré unos más bonitos o quizá los haga cuando encuentre un rato.
Et voilà!, el cuadro terminado y listo para ser colocado en cualquier sitio que, por el momento, será el cuarto de la costura. Más adelante, ya veremos.
Yo creo que ha quedado bonito, sencillo y limpio y, al menos, es una buena forma de conservarlo sin que se estropee.
Tanto el gráfico como la tela, los hilos y las cintas los podeis encontrar en "La Casina Roja". El resto de materiales son, como siempre, cosas rescatadas de los armarios de casa.
A mí me encanta tenerlo pero pienso que es un regalo precioso para un bebé o para una habitación infantil, o sea que aprovecharé si se presenta la ocasión.