Al aproximarse el final del curso en clase de patchwork y con tres meses de vacaciones por delante, pensé que vendría bien preparar una labor divertida y entretenida, que pudiera hacer por mí misma sin ayuda y que me sirviera para afianzar muchas de las cosas que he ido aprendiendo a lo largo de este año. Mi profesora, Inés, de "Quilt House patchwork", me mostró un montón de sugerencias entre las que elegí este maravilloso cesto para las labores que ahora os enseño encantada.
Se trata de un diseño de Veronique Requena, publicado en su libro "Le Quilt Mystère", un enorme cesto lleno de pequeños detalles al estilo country tan característico de esta diseñadora, que me ha resultado divertidísimo de hacer y que ya me acompaña todo el día con todas mis labores dentro.
Por su gran tamaño es muy práctico para tener recogidos y a mano todos los cachivaches que normalmente utilizo cuando paso mucho tiempo en el jardín y no quiero entrar en la casa cada vez que necesito cualquier cosa. Así que a medida que pasan los días se va llenando poco a poco de las cosas más dispares y ya casi nos hemos acostumbrado a buscar dentro todo lo que se pierde por la casa: las llaves,los pasatiempos, el libro, el teléfono, el punto de cruz,...
Hasta el perro ha tomado posesión del cesto y, en cuanto lo ve colocado en el suelo, se acomoda a su lado y no se mueve de allí porque sabe que donde está el cesto estaré yo más pronto que tarde.
Este ha sido uno de esos trabajos que asustan un poco cuando los ves en el libro y piensas "yo eso no lo hago ni loca" y sin embargo, cuando te pones a hacerlo se vuelve un poco adictivo y hasta da pena que se termine. Realmente, en el libro está tan bien explicado y detallado cada paso y cada procedimiento, que se va haciendo sin ningún problema y todo es mucho más sencillo de lo que parece.
Aplicaciones, bordados, botones de madera, acolchados rústicos, un variado repertorio de motivos a cada cual más divertido que me han entretenido un montón de ratos y hasta me he atrevido a improvisar, cosa bastante difícil cuando no se tiene experiencia en algún tema.
Por otra parte, la extrema libertad que te concede la creadora, en el sentido de coser un poco a lo loco, en ese estilo casual y desenfadado en el que cuenta más el aspecto del conjunto que la perfección de los acabados, relaja mucho a la hora de juzgarse una misma y así te perdonas las puntadas torcidas, las pequeñas arrugas, las imperfecciones y todo fluye de manera natural y sin sobresaltos, con lo que se disfruta doblemente.
Las asas trenzadas, la guirnalda de estrellas rellenas de guata y todos los pequeños adornos le dan movimiento y vida y compensan la rigidez del cuerpo, que así no resulta tan pesado. Además los motivos se van sucediendo alrededor sin solución de continuidad de modo que el paisaje dibujado se ve bonito desde cualquier perspectiva.
Otra de las ventajas de este tipo de proyectos es que, pese a llevar gran cantidad de materiales, permiten aprovechar todos esos restos de telas, hilos y complementos que nos van quedando a lo largo del año y eso abarata mucho los costes, además de darle un plus de encanto en el hecho de rebuscar por los cajones y encontrarnos con todas las fruslerías que guardamos hace tiempo y que da tanto gusto reencontrar.
El caso es que se terminó el cesto, pero el libro, que está dedicado principalmente al "Quil Mystère nº 1" (por cierto, divino), trae otros proyectos menores también monísimos de la muerte y, como me sobraban telas y no podía parar de coser, me hice los pequeños complementos que le vienen de perlas al cesto, aunque yo ya pierdo el control de tantas bolsitas, neceseres y estuches que manejo con cosas de labores dentro. Vamos que estoy necesitando una aplicación informática a modo de agenda de organización de recursos y lugar de ubicación de los mismos porque estoy a punto de no encontrar nada de tanto organizarlo todo, ya me entendeis.
He aquí el conjunto de tres bolsitos para tener dentro del cesto con los dedales, los hilos, las agujas, las gafas, trozos de tela, .....¡qué sé yo cuántas cosas más!. Si en realidad lo que importa es lo que me divierto coloca aquí coloca allá, cambia de aquí para allá, esto aquí ¡no!, mejor allí, cambia y vuelve a cambiar y cuando te das cuenta, ¡zas! ¡la hora de cenar! y un día más que te has pulido colocando la cesta y sus accesorios y entonces te pones, por fin, a bordar; pero se ha hecho de noche y ya no se ve bien, vaya por dios, pues mañana será otro día y..... ¿Os suena?
Pues aunque os digan lo contrario, esto es la vida, esto es la felicidad, que se te haya pasado el día sin acordarte de la "prima" esa que tenemos en los mercados, ni de las amarguras que trae la vida real. Un universo en miniatura para que nada nos perturbe ni nos altere. Si no estáis ya así de locas, os lo recomiendo; quizá no en tan alto grado como yo, pero un poco viene muy bien. Además, cuando la familia te concede definitivamente el estatuto de "locatis" dejan de darte la paliza y de contar contigo para todo y de esperar que pongas orden en todo y eso te da mucha más libertad.
Este bolsito se cuelga del asa del cesto y mantiene a mano el teléfono, un cuadernito de notas, unos retales de tela...
Aquí van las gafas, los bolis, una pequeña regla, las tijeras,....y lo que se me ocurrirá.
Hilos, dedales, agujas, botones, pequeñas cosas que no pueden estar sueltas por el fondo del cesto.
Me encantan esos acolchados hechos con hilos gruesos, quedan ideales.
Ahí lo veis, todo en el fondo del "grand panier" y todavía está vacío. Imaginad cuando está lleno, ¡No hay quien lo levante del suelo! ¡Parece el baúl de la Piquer!
Si os gusta este cesto, ya estáis tardando en poneros a hacerlo. Es tan fácil que yo he podido hacerlo sola y eso quiere decir que cualquiera puede hacerlo. Es precioso de verdad y extraordinariamente útil.
En verano se trabaja menos, la familia invade nuestras casas, los invitados aparecen sin avisar, merienda aquí, paseo allá y claro, los blogs quedan medio abandonados y los artículos que publicamos deben ser lo bastante largos para que nuestros seguidores tengan con qué entretenerse hasta la próxima publicación. Claro que ahora estareis un poco entretenida/os con los juegos olímpicos y las vacaciones y tampoco teneis tanto tiempo para visitar blogs, así que todo queda bastante compensado. No obstante, espero que este post os dure al menos una semana porque no podré preparar otro en menos tiempo, ;-))))
El libro de Veronique Requena y todas las telas, hilos y accesorios son adquiridos en Lunares (Avilés) y los preciosos botones de madera los he comprado en "La Casina Roja".
¡¡¡¡Feliz semana!!!