GERTRUDE JEKYLL
Una de las sorpresas gratas que me encontré al volver del viaje fue el estirón que ha pegado el jardín en sólo una semana (bien es verdad que ha sido una semana de calor excepcional), incluyendo las malas hierbas que he tenido que ponerme a arrancar deprisa y corriendo porque ya estaban cubriéndolo todo.
Ya da gusto pasar el día fuera, sea haciendo trabajos en el propio jardín o simplemente leyendo o cosiendo en los múltiples rincones de dulces sombras que tengo a mi alrededor. De hecho ya he inaugurado la temporada de la hamaca entre los sauces y puedo deciros, además, que el soporte para bastidor que me compré este invierno es perfecto para bordar recostada en la hamaca, que ya es el colmo de la vagancia total, el "dolce far niente", porque hacer punto de cruz no me parece un trabajo, sino una forma placentera y relajada de acompañar el paso del tiempo.
Una de las mayores alegrías del regreso fue encontrar que mis rosales Austin empiezan a florecer y ¡de qué manera!; pese a que aún son pequeños (es su primer año, plantados a raíz desnuda en noviembre), todos están llenos de capullos y las Gertrude Jekyll han abierto varias flores.
Este collage muestra un paso a paso aproximado desde que descubrí los primeros brotes hasta el estado actual, con rosas todavía pequeñas pero fuertes y bien formadas.
Todas las variedades que he plantado tienen las mismas características, rosa antigua, de pétalos apretados y numerosos, varios capullos en cada tallo, reflorecientes y olorosas.
Después de años de gastar tiempo y dinero para intentar sin éxito cultivar rosales de determinadas características, parece que estoy por fin en el camino de conseguirlo con esta nueva adquisición, hasta el punto de que si todo sigue como hasta ahora, la próxima temporada haré un nuevo pedido, que aún queda mucho espacio para rellenar.
Esta pequeña ha sido sometida a una dura prueba que ha superado como veis, sin inmutarse. Alrededor de las 11 de la noche de ayer se desató una tormenta tremenda y cayó una granizada que ha tirado al suelo todas las flores de los frutales e incluso ha roto ramitas de algunas plantas. Al levantarme esta mañana, lo primero que hice fue inspeccionar los daños y me asombró ver que las rosas no habían sido afectadas en absoluto. Una nueva razón para admirarlas.
Puedo extenderme hasta ponerme pesada con sus alabanzas, pero me faltan palabras para describir la que para mí es la principal de sus cualidades: el aroma. Intenso, complejo, persistente, mucho mejor de lo que esperaba,... sueño con el momento de cortar ramos y ponerlos por la casa para disfrutar doblemente con su colorido y su perfume.
Si no lo había hecho, recomiendo David Austin Roses, mi satisfacción con la compra es total.