FORGET-ME-NOT (SAL ABECEDARIAN SERIES)
Terminada la larga tregua navideña planteo por fin la tercera etapa del SAL "Abecedarian Series", casi a tiempo para juntarse con la etapa siguiente, aunque sé que todas estáis mucho más entregadas que yo y aunque me haya retrasado tanto estoy segura que habreis seguido avanzando y casi estareis a punto de acabar este nuevo modelo.
Forget-me-not (No-me-olvides), que es como se titula este modelo, es mucho más que el evocador nombre de una pequeñísima florecita azul que crece casi siempre en lugares húmedos y sombríos y que pese a su rústica sencillez ha inspirado pinturas, poemas, perfumes y ahora este delicioso bordado en el que las pequeñas flores componen una maravillosa guirnalda que enmarca un sencillo abecedario.
Con un título así, este gráfico tenía que estar dedicado, necesariamente, a alguien muy especial y, pese a que son muchas las personas ausentes a las que quiero recordar en esta colección, en cuanto lo vi pensé en mi abuela Angelina, una de las personas que más me han querido desde que yo tengo memoria y a la que siempre tengo presente porque en muchos aspectos es un referente para mí.
Callada y trabajadora, responsable, emprendedora, seria y reservada, yo no recuerdo haberla visto jamás ociosa ni creo que haya perdido un minuto en su larga y atareada vida. Madre de seis hijos, ama de casa, propietaria y encargada de un comercio de pueblo que abría casi 24 horas, atendía con la misma eficiencia su negocio y su casa, su pequeña huerta y sus animales y aún encontraba tiempo para venir a buscarme el primer día de cada período vacacional y llevarme con ella al pueblo hasta el final de las vacaciones, regalándome así los períodos más felices de mi infancia y, por ende, de mi vida.
Era hermética, hablaba poco y reía menos, su territorio era la sonrisa corta y la frase lacónica, pienso que en general tenía dificultad para expresar sus sentimientos, seguramente por pudor o por la dureza de su vida, pero siempre supo transmitirme que yo era una persona muy importante y nunca he tenido la menor duda de cuánto me quería.
Ahora hablo con las palabras de la gente adulta, que ponen literatura para pintar las cosas de la vida, pero el recuerdo que tengo de ella está construído con las piezas del sentimiento infantil, esa primaria, intuitiva y certera manera de captar las señales del mundo a la que ni las palabras ni los gestos consiguen engañar. Sabía entonces y sigo sabiendo ahora que ella me quería y yo la quería también muchísimo. La quería y la admiraba, la admiro todavía y durante toda mi vida he intentado sin éxito parecerme a ella. Quizás en algo me haya tocado su herencia, pero yo siempre hablo demasiado.
Ahora que veo la fecha de su nacimiento, en 1904, pienso en lo joven que era cuando yo nací, solo 47 años y así comprendo la energía que desplegaba cada día incansablemente, aunque yo la veía como una persona muy mayor. ¡Qué injusta es la perspectiva infantil!
Para este gráfico he utilizado lino Belfast teñido con una mezcla aleatoria de té, que le ha dado una tonalidad cremosa con ligeras manchas irregulares que me gusta mucho. Claro que, como soy muy poco rigurosa para estas cosas y no apunto nunca lo que invento, no volveré a conseguir el mismo color. ¡Qué se le va a hacer!, tampoco en eso me parezco a mi abuela, ella habría estado más atenta.
En este caso no he seguido al pie de la letra la recomendación de la diseñadora en los colores de los hilos, porque los azules me parecían demasiado vivos y los he sustituído por dos azules más apagados, un poco grisáceos, de la misma marca, Old blue paint y Crystal Lake. El resto de hilos son los recomendados.
Las iniciales de mi abuela las he bordado en azul dentro de los jarrones pero, para mi decepción, apenas destacan. No obstante, yo sé que están ahí, así que me conformo.
Me gusta mucho el resultado, muy diferente de los dos anteriores pero también precioso. A medida que voy bordando cada vez me gusta más esta colección, solo espero que la inspiración no me falle a la hora de combinarlos para confeccionar la manta.
Apenas quedan días para enseñaros el siguiente, que también es guapísimo. Así da gusto trabajar.