Tengo que confesaros que mi manera de dedicarme a los hobbies ha cambiado tanto con la edad que yo misma estoy enormemente sorprendida; de hecho, nunca antes había terminado tantas labores, porque me cansaba siempre a la mitad y quedaban por ahí guardadas en algún cajón escondido. Yo creo que, de un lado, mi natural impaciencia caprichosa está más domesticada y, de otro lado, paradójicamente, me ha ayudado el hecho de que ahora tengo varias labores empezadas al mismo tiempo y así voy de unas a otras sin aburrirme de hacer siempre lo mismo. Imagino que también el hecho de tener un blog en el que muestro lo que hago también supone un estímulo importante que me empuja a mantener un nivel de actividad aceptable y que no resulte aburrido para quien se acerque a leerlo.
Sea como sea, os aseguro que cuando veo la manta-cojín terminada casi no me lo puedo creer, porque la empecé con mucha ilusión, pero cuando pude evaluar la cantidad de puntadas que lleva, pensé que no podría acabarla. Pese a todo he tardado aproximadamente un mes, alternando con otras varias cosillas que os he ido enseñando.
Aquí la manta desplegada
Y aquí replegada dentro de la bolsa-cojín
Algunas me habeis sugerido que os cuente el tutorial para hacerla y es lo que voy a intentar a continuación.
Primero pensad que la labor va en dos partes que haréis por separado y unireis al final del todo. Así que compraremos de un lado las telas de la manta, así como su relleno y de otra las telas del sobre del cojín que, como veis es una combinación que hareis a vuestro gusto.
Para el cojín:
Un trozo pequeño de cada color (quizá medio fat quarter) si usais 6 telas diferentes. Hay que tener en cuenta que de unas gastareis más que de otras, así que no hay cálculo exacto, pero pensad que solo es una cara de un cojín, por tanto no necesitamos mucha tela.
Unos 25 cm. de tela corriente para el forro, de cualquier color, porque no se verá después.
Guata de relleno del tipo que os guste más; la mía es sintética.
Lo primero que teneis que hacer es elegir vuestra combinación de telas y dibujar un diseño previo sobre un papel cuadriculado, teniendo en cuenta que el cojín lleva 11 cuadraditos por lado, es decir, 121 en total.
Luego contareis sobre el dibujo los cuadraditos que lleva de cada tela y procedeis a cortarlas.
Necesitais:
121 cuadraditos de la tela de forro de 5 cm de lado exactamente
121 cuadraditos de las telas buenas (distribuidos según diseño) de 6 cm de lado exactamente
Esa diferencia de tamaño es la que nos permite plegar la tela de arriba de modo que podamos rellenar y hacer el "bomboncito". Cosemos a pequeñas puntaditas las dos telas, dejando una abertura para meter el relleno y haciendo un pliegue en la mitad de cada lado para embeber la tela sobrante (De vez en cuando conviene hacer alguna puntada atrás para reforzar la costura). Es importante que todos los pliegues queden siempre en la misma dirección, los biscuits quedan más perfectos e iguales.
Por el revés tendremos esto; el margen de costura es de unos 5 mm. Dejamos sin cortar la hebra de hilo para usarla al cerrar el biscuit una vez relleno.
Luego solo hay que repetir esto 121 veces, ya veis que no es mucho.
Para no cansarme demasiado, yo iba alternando ratos de costura con ratos de relleno, así resulta más ameno. El resultado final es mucho más bonito si los biscuits están bien gorditos y redonditos.
Pues bien, cuando tengamos todos los bomboncitos hay que unirlos, por el revés, con las mismas puntaditas, formando filas de 11 y luego uniendo las filas de dos en dos. Para esto teneis que estar muy atentas al gráfico que hayais dibujado y conservar las filas en el orden elegido.
Por último, hay que cubrir el revés con la tela que hayamos elegido para el revés de la manta (la que mide 225 cm). Cortamos un cuadrado que exceda en 3 cm. por cada lado las medidas del cojín y la vamos cosiendo en dobladillo alrededor de todo el borde
En este momento, el sobre del cojín está terminado y pasamos a trabajar la manta.
Para la manta:
Necesitamos dos capas de tela, así que podeis hacerlas iguales o coordinadas; yo he puesto el estampado grande por el lado que consideramos derecho (aunque no tiene en realidad derecho ni revés) y el lunarcito pequeño que veis en el cojín por el otro lado.
Cara superior: 175 x 110 cm
Cara inferior y forro del cojín: (175+50) 225 x 110 cm
Una cantidad suficiente de manta de relleno, sintético o de algodón a vuestro gusto (Yo he puesto el de algodón, que me ha parecido más dulce y ligero).
Primero hilvanamos la manta de relleno a grandes puntadas por el revés de una de las telas. Luego encaramos las dos telas por su cara buena y cosemos a máquina todo alrededor dejando una buena abertura en la cabecera para darle la vuelta. (Tened cuidado con colocar el estampado en la dirección de la cabeza)
Después de darle la vuelta y sacar bien las esquinas, haremos unos hilvanes marcando las costuras de remate que irán a 2 cm de los bordes (para sujetar bien el relleno) y un rectángulo central que marcaremos a 30 cm. de los bordes laterales e inferior
El rectángulo central sirve además para situar centrado el cojín.
Ya solo nos queda unir la tapa del cojín en la cara "revés" de la manta, en este caso, la que estais viendo. La colocamos sobre la manta con las bolitas hacia abajo y alineada con el borde superior de la manta y con las costuras del rectángulo central y cosemos, en este caso a mano, porque el grosor de las bolitas impide meter la máquina. No obstante, haremos una costura bien firme (Sin traspasar la tela de la otra cara) porque soportará tensiones con el uso.
Dejamos sin coser el lado que queda hacia arriba, que es por donde daremos la vuelta al cojín al plegar la manta. Esa abertura, además, permite meter los pies cuando lo usemos como manta, jejeje.
Cuando esté todo cosido lo doblamos como se ve en las fotos y damos la vuelta a la boca del cojín (cuesta un poco al principio) hasta que toda la manta quede dentro y las bolitas por fuera.
Por supuesto, el método de montaje de la manta-cojín sirve igual si le ponemos cualquier otro modelo de tapa, pero a mí lo que me hizo una gracia enorme fueron precisamente los biscuits, por eso elegí esta modalidad. ¡Ah!, por si no lo habíais advertido, la cara buena de la manta y el sobre del cojín nunca se ven a la vez; lo digo por la coordinación de los estampados, que es un poco más libre.
Ahora lo enviaré hasta Hamburgo, para que Anina se abrigue bien, que allí el invierno es muy largo y muy duro y empezaré otra en otros tonos para que Paula no tenga celos.
De verdad que no es tan difícil si yo la he podido hacer, así que si os apetece no tengáis miedo. Y si quereis más explicaciones, no teneis más que pedirlas.