Es época de convivir, de reunirse con los amigos y la familia, con las personas que queremos y que no podemos ver a diario y también es época de regalos, de intercambios felices, de gastos innumerables y de rompernos la cabeza buscando el regalo imposible, el más original, el más bonito, el más impactante, ... el más...lo que sea.
Siempre me ha encantado hacer regalos, con y sin pretextos, porque ver las caras de la gente cuando reciben ese paquete precioso y envuelto con primor, cuando la sorpresa y la emoción hacen temblar las manos al arrancar los lazos y rasgar los papeles, no tiene precio. Y siempre he tenido que hacer muchos regalos, muchísimos (tengo una larga familia), con poco dinero, pero eso no ha sido un problema, porque para resolver esas cosas están la imaginación y las manos. Ahora estoy un poquito en baja forma, he roto un poco esa tradición, pero durante años me he pasado los dos meses previos a la navidad haciendo "manualidades" varias para regalar a cada quien aquel objeto que mejor se adaptaba a su personalidad o a sus gustos: una caja de madera decorada, una lámpara, un jersey, un álbum de fotos, un mantel pintado a mano, un tapete de encaje, un juego de bandejas de cerámica,....
Hace unos días las chicas de bolillos me pidieron ideas para regalar a sus hijas y recordé que en una ocasión me dio por experimentar con el color y las texturas en los encajes de bolillos y uno de los materiales que más me gustó fue el sedón, el hilo de rayón brillante cuyo colorido y grosor me ofrecieron posibilidades muy interesantes. Aparte de algunas creaciones abstractas verdaderamente curiosas, mezclado con cuerdas de cáñamo y lino o con alambres ultrafinos para dar acabados tridimensionales y que no fueron más allá, tuve la idea de aplicar un picado de entredós sencillísimo para hacer cinturones para vaqueros y ropa de sport y el resultado me gustó mucho y también a un par de amigas a las que regalé uno de esos cinturones.
Así pues, estos días pasados he rescatado la idea y la hemos puesto en práctica, con el resultado que os voy a mostrar. Aún no hemos terminado todas las versiones, así que os enseño los dos que yo me he regalado, porque eran las pruebas y no están muy perfectos y porque yo también lo valgo, ¿no?
Si la idea os gusta, las posibilidades son casi infinitas y la sencillez está garantizada, además de la originalidad. Un patrón de entredós sencillo de un ancho que sea adecuado, cuatro o cinco colores distintos de sedón y en un par de ratos tendreis el exterior del cinturón.
Si no encontráis el hilo de sedón (o rayón, que así también se llama), también sirve el perlé, que con sus diferentes grosores y variedad de coloridos ofrece igualmente muchas posibilidades.
Para el montaje yo busco una cinta de "gros-grain" (grogrén, en las mercerías) y una cinturilla semirrígida, ambos del ancho del encaje. El gros-grain lo pongo doble y la cinturilla en medio; cuando lo tengo bien hilvanado, aplico el encaje sobre una de las caras y paso un cosido a máquina por los bordes, todo por el derecho, con lo cual sujetamos a la vez todas las capas. Luego una hebilla sencillita que os guste y podeis pedir a vuestra mercería o a una guarnicionería que os haga los ojales remachados (yo los hago en casa con mi maquinita) y en un pis-pas tendreis un regalo listo para alguien especial.
Si a vuestro vaquero preferido le poneis una bonita camisa blanca, un taconazo y este cinturón, os aseguro que podeis asistir elegantes a alguna de las fiestas que seguro tendreis en estos días.
Pero si no nos apetece salir de fiesta, podemos hacerla en casa o irnos al trabajo hechas un pincel ¿ y por qué no?
He probado distintas combinaciones de colores y todas me gustan; el negro, blanco y gris queda monísimo con un pantalón negro y el otro queda precioso con vaqueros. Las chicas están haciendo mezclas más entonadas en azules, verdes, ocres, beiges,..que van a quedar también preciosas.
Si os gusta la idea, no puede ser más fácil y económica, os animo a intentarlo, claro que la condición es hacer encaje de bolillos o tener alguien que os lo haga.
El modelo en azules lleva 28 bolillos y el negro solo 22, o sea, una labor de principiante al alcance de casi todo el mundo.
En cualquier caso yo os ofrezco la idea y a partir de ella vuestro gusto y vuestras propias ideas desarrollarán las versiones más diversas y seguro que preciosas. Si necesitais alguna explicación o resolver alguna duda, ya sabeis que estaré encantada de ayudaros.