Hace años que en casa usamos unas cestitas de tela para poner el pan en la mesa y de vez en cuando regalamos alguna, porque pese a ser extremadamente sencillas, no es algo que se encuentre fácilmente para vender y hasta que no se usan no las echas de menos. Ahora bien, en cuanto las pruebas ya no vas a usar otra cosa por su comodidad, facilidad de lavado y de almacenaje y porque quedan monísimas en la mesa.
Hace unos días me di una vuelta por Ikea y descubrí un nuevo lino tosco, similar al que tenían otras veces pero en un tono gris verdoso que me encantó y una loneta blanca con estampado de rosas también en tonos grises que coordinaba muy bien con el lino, así que me traje un trozo de cada y rápidamente me dispuse a coser unas cestitas de pan, porque las niñas ya necesitan renovarlas y además necesitaba regalar un par de ellas. Supongo que nadie necesita ayuda para algo tan simple pero, por si acaso, hice algunas fotos del proceso que os enseño aquí.
Las telas que os comentaba, son bastante gruesas, por lo que no necesitan entretela y lavan bien. Por separado también tienen muchas aplicaciones (sobre todo el lino)
La base es un círculo de 15 cm. de diámetro, cortamos uno en cada una de las telas y el rectángulo lateral debe medir 44 x 15 cm., también cortamos dos, como es lógico.
Si quereis adornarla un poco más, podeis bordar algo sencillo en la parte exterior o, como hice yo en este caso, imprimir en tela alguna etiqueta, bajada de internet o creada por vosotras. En caso de ponerle etiqueta, la pegamos con entretela adhesiva y luego la cosemos en el centro del rectángulo lateral antes de cerrarlo.
Esta es una de las etiquetas que he puesto esta vez, ya con la entretela pegada a falta de cortar el borde a picos y coserla.
Una vez cosida la etiqueta en la tela exterior, cerramos ambos rectángulos para formar el cilindro.
Sujetamos con alfileres o hilvanes la base redonda con el tubo que ya hemos cosido y cosemos a máquina. Hacemos lo mismo con el exterior y el forro. Cuando tengamos ambos cilindros cosidos, metemos el forro dentro del exterior, doblamos los bordes hacia dentro y pasamos un pespunte alrededor. Y eso es todo.
Para presentarlo le doblamos una vuelta en la boca justo hasta el borde de la etiqueta, así queda mucho más gracioso y además gana mucho en consistencia. Ya solo falta cortar el pan, ponerlo dentro y a la mesa. Según el número de comensales y el tamaño de la mesa, pondremos una, dos o más cestitas, allá cada cual.
Otro modelo de etiqueta para el mismo modelo de cestita.
Ya sé que sois chicas muy listas (o chicos, que no sé si alguno me lee) y habreis pensado enseguida lo mismo que yo: que las cestitas, incluso con esas mismas etiquetas, son también perfectas para los algodones del tocador, para los frasquitos de laca de uñas, para los tubitos de muestras de cremas, para unos ovillitos de perlé que andaban rodando por ahí, para unas galletas en la merienda,.... A ver, tantos usos como imaginación le pongamos, a mí me encantan para todo. Y encima se hacen en media hora.
Forradas en una tela bonita blanca también quedan finísimas y con el exterior en cuadritos de mantel, ideales.
|
|
Por supuesto, podemos hacerlas tan elegantes como necesitemos en nuestra mesa de fiesta o coordinarlas con los manteles, siempre teniendo en cuenta que la tela interior sea de una textura lisa para que no acumule pelusas ni se le peguen las miguitas del pan.
Ojalá que os haya servido la idea. Yo voy a poner en marcha otras dos, que me llueven los pedidos, jjjjjj.