BROWNIES
Para que os hagáis una idea de lo fácil que es el brownie, hoy tenía invitados a comer y a la 1:30 aún no había empezado a hacerlo, pero os aseguro que tomamos brownie con helado para postre.
Precalentamos el horno a 200º en posición aire caliente.
Ponemos 200 gramos de chocolate 70% cacao (de buena calidad) a fundir al baño María; cuando está fundido, añadimos 200 g. de mantequilla en trozos y revolvemos para que se funda igualmente y se integren bien.
Mientras tanto, batimos 3 huevos con 180 gramos de azúcar y una pizca de vainilla hasta que estén espumosos. Después añadimos 60 g. de harina (a ser posible tamizada y, si no tenéis tamizador, no sé qué esperáis para comprarlo) y 50 g. de nueces picadas groseramente (no pulverizadas).
Mezclamos este batido con el chocolate y mantequilla y ponemos en un molde rectangular (aprox. 30 cm).
Al meter en el horno bajamos éste a 190º y cocemos durante no más de 12 minutos.
Es preferible que quede un pelín crudo antes que demasiado cocido, aunque si queda seco podemos dejarlo para merienda y desayuno con un buen café.
Una vez fuera del horno, dejamos entibiar unos 5 minutos, espolvoreamos con azúcar glas y cortamos en rectángulos.
Se sirve templado acompañado de una bola de helado de vainilla o, en su defecto, con un poco de nata ligeramente batida y muy fría.
Es una receta de Pauli que siempre queda bien. Y decir Pauli es decir alta cocina, os lo aseguro.
Ahí lo tenéis, bien negro, jugoso y esponjoso. Se conserva muy bien y mañana estará igualmente estupendo.