Día 25 y una nueva cita con el punto de cruz llama a la puerta de todos los que estáis participando de este SAL que, con cada nueva entrega, nos proporciona aún más satisfacción que en la anterior y que nos engancha con diseños cada vez más inspirados y bonitos.
Vamos a bordar este mes el maravilloso diseño que veis, titulado "Bluebird of happiness" (El pájaro azul de la felicidad"), en el que la diseñadora Alma Allen consigue una vez más sorprender incluso volviendo a sus motivos fetiche, tan recurrentes en sus diseños: el pájaro, la casita, los frutos de la tierra, las flores.
Se diría que es imposible ofrecer algo nuevo sin dejar de usar los mismos ingredientes y sin embargo lo consigue, para nuestro asombro, una vez más.
Las sutiles armonías de color, la combinación de una orla floral deliciosa con un abecedario contundente y de contornos muy definidos y la delicada presencia de ese pájaro azul que da título al conjunto, me colocan otra vez en la difícil tesitura de decidir si este diseño es aún más bonito que los anteriores, pese a que parecía difícil. Y eso a pesar de que cuando vi el gráfico por primera vez no me resultó especialmente atractivo y hasta le di alguna vuelta a la cabeza intentando hacerle algunos cambios; afortunadamente, Alma es mucho más creativa que yo y por supuesto, no se me ocurrió nada mejor que lo que ella nos ofrece, así que finalmente lo abordé como estaba. Afortunadamente, repito, porque ahora me encanta.
El único cambio que me he permitido es el del color de las distintas letras en el abecedario y ese cambio se justifica por la dedicatoria que he elegido para este caso.
Yo esperaba encontrar entre todos los abecedarios un modelo que me permitiera una dedicatoria muy especial, a varias personas (concretamente, seis) y con una carga simbólica y emotiva importante. Cuando empecé a bordarlo, no tenía muy claro que este diseño fuera el que buscaba, así que me dejé llevar e hice varias de las letras en el tono recomendado; pero, poco a poco, fui viendo que me gustaba cada vez más y comprendí enseguida que era justo lo que estaba buscando, porque esas letras tan potentes se prestan para destacar las iniciales deseadas sin necesidad de más adornos. Cuando estuve segura, analicé un poco la forma de dar más protagonismo a las iniciales y tomé la decisión de invertir los colores propuestos en el gráfico, por eso he bordado todo el abecedario en el tono más claro y mis letras protagonistas en el oscuro. El resto está tal como viene indicado, con los tonis recomendados por la diseñadora.
Como en los anteriores abecedarios, he utilizado lino Belfast "Antique White" teñido con té negro ligero; el resultado es un crema claro muy discreto. Las letras más claras están bordadas con el hilo "Raspberry frost" y las que quería destacar, con el "Old purple paint". En este caso he renunciado a poner fecha, porque esas iniciales corresponden a los nombres de todos mis hermanos, incluída yo misma y seis fechas serían demasiadas.
Ana, Covi, Félix, Jesús (+), Manolo y Pochi, en orden alfabético, que no cronológico (Ana es la más joven, yo la mayor), son los nombres representados por esas letras oscuras y forman la rama Castañón Rodríguez de mi familia, la buena y abundante cosecha que tuvo su origen en las tierras altas de Aller y más concretamente en el pueblo llamado Bello.
Yo no diría que ese pájaro azul de la felicidad haya frecuentado mucho nuestra familia, porque algunas grandes y prematuras desdichas nos han dado zarpazos importantes y nos han robado la felicidad sobre todo en la infancia, que es cuando nunca debería faltar, pero ser muchos y permanecer unidos, nos ha permitido llegar hasta aquí conservando casi íntegras las ganas de luchar y buena parte de la inocencia. Y esta dedicatoria representa para mí el deseo de que siempre nos quede un pretexto para seguir así, para estar juntos, para celebrar el que siempre podamos contar los unos con los otros.
A veces se pasan meses y no veo a alguno de ellos pero sé que están y eso es parte de mi fuerza.
No podía imaginar cuando empezamos con este juego de las dedicatorias que algo tan sencillo despertaría tantos sentimientos que casi siempre damos por sabidos y menos que me atrevería a ponerlos por escrito pero, quién sabe, quizá este proyecto de bordado acabe siendo una especie de ejercicio de recuperación de la memoria afectiva. Por lo menos lo está siendo para mí y lo estoy disfrutando muchísimo.
Y eso sin contar lo preciosos que están siendo todos y cada uno de los diseños que ya hemos bordado y seguro que también los que faltan por llegar. Yo, al menos, estoy bordando uno y soñando con que llegue pronto el siguiente, segura de que la sorpresa será también agradable.
Espero que podáis disfrutar tanto como yo con esta nueva etapa.